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Tentativas de femin¡cidio, ocultas en las cifras de vi0lencia familiar

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Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

El feminicidio en grado de tentativa es un delito que en Oaxaca se encuentra oculto en las cifras de violencia familiar o lesiones dolosas. Lo anterior resulta grave pues minimiza el riesgo y deja a la víctima en vulnerabilidad, señaló Elizabeth Benítez, defensora de derechos y experta en violencia de género.

La debida clasificación -expuso- es un elemento esencial para salvar vidas pues permite emitir medidas cautelares y de seguridad para evitar que las agresiones terminen en un feminicidio.

 

 

“Sucede que el derecho penal es patriarcal al igual que todo el derecho. Es muy cuadrado, no mira la violencia feminicida. Te exigen la consumación del delito y no consideran que existió la intención de. Por ejemplo, una mujer está en riesgo de perder la vida, pero el sujeto en ese momento por un ruido o por lo que sea deja de hacer el acto (ahorcarla, amenazarla con cuchillo o arma de fuego) y en ese momento no se consuma el hecho. Para el derecho penal no es tentativa porque no hubo un agente externo que impidiera la consumación”, explicó.

El año pasado Oaxaca contabilizó al menos 7 mil carpetas por violencia familiar, muchos de esos se iniciaron como tentativas de feminicidios, pero fueron reclasificados al no tener elementos que les permitieran sostenerlos como tal, aseguró.

Oaxaca continúa manteniéndose en los primeros cinco lugares en cuanto a delitos de feminicidio, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Benítez señaló que la situación es aún más grave porque hay subregistro debido a casos no denunciados y a la falta de documentación adecuada por parte de la fiscalía.

 

 

La documentación deficiente -señaló- lleva a que no se identifiquen correctamente los factores de riesgo y eso conduce a que los intentos de feminicidio se registren como homicidios simples o como violencia familiar. Lo anterior oculta el riesgo que enfrentan las mujeres.

La falta de acciones preventivas efectivas también es un problema, destacó Elizabeth Benítez. Si bien -dijo- la prevención primaria es fundamental, la prevención secundaria y terciaria no debe dejarse de lado pues de esta manera se puede intervenir un feminicidio una vez que ya hubo una agresión. Esto implica emitir órdenes de protección o medidas cautelares de manera inmediata cuando se detectan factores de riesgo.

En este sentido, Benítez criticó la falta de acciones por parte de las autoridades incluso cuando las mujeres denunciaron amenazas o intentos de feminicidio. La Ley Estatal de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia establece la necesidad de acciones inmediatas, pero estas no se están llevando a cabo de manera consistente, afirmó.

La defensora opinó que la fiscalía debe replantear cómo se documentan estos casos y generar nuevos indicadores para reflejar adecuadamente la realidad de la violencia de género en Oaxaca. Destacó la importancia de un enfoque integral que aborde los factores de riesgo y que brinde un tratamiento específico a estos casos, incluso si no cumplen estrictamente con los requisitos jurídicos de tentativa de feminicidio.

Además, abordó la necesidad de repensar la violencia feminicida en niñas y adolescentes, así como la importancia de políticas específicas que detecten y aborden la violencia en el ámbito familiar.

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