Doña Tere recuerda que su papá viajaba al municipio cercano al suyo llamado San Francisco Lachigoló, para aprender a hacer piezas de carrizo, que más tarde comenzó a vender como artesanías.
Cuando ella cumplió 14 años de edad, su papá le dijo que era hora de que aprendiera también este oficio, por lo que inició con pequeñas piezas como canastas del tamaño de un llavero y demás piezas.
Actualmente, Teresa López Martínez y sus hermanos, hijos y sobrinos, han continuado con el legado de su padre y utilizando la imaginación y creatividad, han hecho diferentes piezas que son muy solicitadas por los clientes.
Trabajo diario
La artesana relata que todos los días trabaja durante todo el día para crear sus piezas, pero debido a lo tedioso que llega a ser, hace una o dos, dependiendo del tamaño y figura que tenga.
Algunos productos que ella vende son lámparas, canastas de pan, aretes, pulseras, saleros, servilleteros, lámparas de buró y lo más pedido, botellas de mezcal forradas de este material.
También hace techos de carrizo, los cuales les cuesta hasta tres meses para terminarlo, dependiendo del tamaño del techo que se cubrirá.
Afirma que hay semanas en las que hace hasta 15 piezas, las cuales va a vender a Tlacolula o al punto en el que sus clientes le indiquen, quienes revenden estas piezas a locales y extranjeros.
Además, también en su domicilio, ubicado en San Juan Guelavía, ella y su familia siempre pueden ser visitados y a quienes pueden ver trabajando en estas piezas, las cuales han ido perfeccionando con los años.
Subraya que han imaginado algunas piezas y las materializan, como es el caso de los servilleteros, aretes, pulseras o las lámparas de techo y de buró, creaciones que también son muy aplaudidas por las personas.
Doña Tere menciona que durante todo el año van creando piezas que ofertan durante la Feria del Carrizo, la cual se realiza como parte de las actividades de la fiesta de la localidad.
Guelavía, sin carrizo
La artesana expone que para tener la materia prima para sus piezas, deben ir a Rojas de Cuauhtémoc o a San Sebastián Teitipac, ya que en Guelavía ha ido escaseando el carrizo.
Expone que en varias ocasiones ha ocurrido que queman el carrizo en San Juan Guelavía; muchas veces estos son provocados para afectar a las y los artesanos que se dedican a este oficio.
Sin embargo, ellos han buscado cómo seguir manteniendo este trabajo, aunque sea yendo a comprar a otros municipios, pues subraya que nadie los detendrá de hacer estas piezas que les gustan y dedican mucho tiempo.
Por ello, doña Tere subraya la importancia de no regatear el costo que le pone a sus piezas, ya que muchas veces dan sus productos a 200 pesos y muchas personas le preguntan si lo pueden dejar en 100 u 80 pesos.
“Cada pieza de carrizo nos cuesta 2 pesos y aunque compremos más de 400 piezas, no siempre nos hacen descuento y a las personas siempre se les hace caros los precios, por eso compran piezas pequeñas”, señala.
Para saber
14 años tenía doña Tere cuando comenzó a hacer piezas de carrizo.
Hasta 50% llegan a regatear el precio los compradores.
2 pesos cuesta la pieza de carrizo.
Algunos productos que realiza:
- Canastos
- Botellas
- Lámparas de buró
- Lámparas colgadas
- Techos
- Servilleteros
Escasea el carrizo
La artesana expone que para tener la materia prima para sus piezas, deben ir a Rojas de Cuauhtémoc o a San Sebastián Teitipac, ya que en Guelavía ha ido escaseando el carrizo.
