Después del hogar, la escuela es considerada por muchas madres y padres de familia como un lugar seguro para sus hijos; pero en algunos casos, no es así.
El pasado 17 de enero, Rebeca acudió con su pequeño hijo a la escuela en punto de las nueve de la mañana; dos horas después, recibió una llamada telefónica de parte del personal de la escuela, que le aseguraba que su hijo había sufrido un accidente.
Rápidamente, la madre de familia acudió a la Escuela Primaria "27 de Septiembre", ubicada en San José la Noria, en la capital oaxaqueña, donde al llegar pudo ver a su hijo sentado en una de las jardineras con una carpeta que cubría su brazo y que realizaba la función de un cabestrillo.
“El director me comenta que la escuela no cuenta con un seguro de gastos médicos y me recomendó con un médico que se especializa en la ortopedia infantil y que atendía de forma particular, por lo que nos trasladamos a la clínica”, expresó.
En esa clínica le hacen la radiografía al pequeño, misma que muestra una fractura doble expuesta en su brazo, de radio y cúbito.
La madre de familia narró que el director les indicó que de manera moral y por conciencia, pagaba la consulta y la radiografía del pequeño, pero que por la cirugía y las demás consultas ya no se hacían cargo, ya que la escuela no tenía por qué correr con algún gasto.
Distintas versionesDe acuerdo con Rebeca, la versión que le han dado en la escuela es que los menores se encontraban realizando una actividad en la clase de Educación Física y se cayó.
Pero el menor le narró a su mamá que alguien lo empujó durante la clase, ya que él sintió unas manos en su espalda que le hicieron presión, lo que ocasionó que perdiera el equilibrio.
Además, en ese momento, el maestro no se encontraba presente, ya que este había acudido a la dirección y se encontraba supervisando un suplente, quien en ese momento atendía su celular.
La madre le comentó la versión del niño al maestro, a lo que el educador lo negó y aseguró que ya iba de regreso cuando sucedió el accidente.
En otra versión, el director Oswaldo Cruz Palacios asegura que el maestro de Educación Física sí se encontraba en el lugar y apenas se dirigía a la dirección. El día lunes, una tercera versión fue otorgada a Rebeca, en la que ahora aseguraban que sí lo habían empujado, pero que no sabían quién era el autor del hecho.
“Ellos no saben en verdad lo que le pasó y me dijeron que convenciera a mis familiares de que se había tratado de un accidente y lo dejara así, como un accidente”, dijo.
Los padres tuvieron que solicitar un préstamo para poder pagar los gastos médicos del menor, ya que no cuentan con seguro; el menor tuvo que ser intervenido y le realizaron una reducción.
La reducción cerrada es un procedimiento para ajustar un hueso fracturado sin abrir la piel. El hueso fracturado se vuelve a poner en su lugar, lo que permite que el hueso crezca de nuevo en una mejor alineación.
Esta intervención funciona mejor cuando se hace lo más pronto posible después de la fractura del hueso.
Ante un presunto caso de negligencia, los padres acudieron ante la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), donde realizaron una queja con número de oficio 812, expediente DDHPO/0098-(01-OAXACA-2023).
De acuerdo con información brindada por el sistema de salud internacional Christus Health, entre las recomendaciones sobre lo que se debe de hacer cuando una persona se fractura, están: mantener a la persona accidentada cómoda y recargar el área lesionada sobre un cojín o sábanas.
Si hay una hemorragia o salida fuerte de sangre, detenla presionando a los lados de la herida con un vendaje esterilizado, tela limpia o una prenda de vestir por lapsos de 10 minutos, hasta que se detenga el sangrado.
Aplica hielo envuelto en una tela en la pierna o brazo para combatir la inflamación.
Si la persona fracturada se desmaya o tiene respiraciones poco profundas, se debe acostar con la cabeza un poco más abajo que el resto del cuerpo. Si se está en un lugar donde no puede llegar ayuda con rapidez, es recomendable usar un “entablillado” para inmovilizar el área. Las tablillas pueden ser de madera, cartón, plástico o periódico enrollado.
Deben colocarse a ambos lados del hueso y ser más grandes que éste. Para sujetarlas puede usarse tela adhesiva o una cuerda, con firmeza pero sin interrumpir la circulación de la sangre.
Las personas que tienen mayor riesgo de sufrir una fractura son aquellas con osteoporosis, una enfermedad que debilita los huesos. También son más frecuentes en niños y ancianos porque sus huesos son más frágiles.
