SAN MATEO DEL MAR, Oaxaca.- Con la parada de la enramada, la elaboración del tradicional atole de espuma “chaw poposh”, las banderillas de fiesta y los adornos en la Casa del Pueblo, arrancan propiamente las festividades de la Virgen de la Candelaria en esta población ikoots.
Encabezadas por las autoridades municipales, a falta de mayordomos, las actividades en torno a la fiesta de La Candelaria inician este día y culminan hasta el día 4 de febrero, durante este periodo se verifican convite de flores, quema de toritos, espectáculo de fuegos artificiales, bailes nocturnos, misa solemne y refrigerio.
En la parte ritual, el 2 de febrero se escenificará el baile de los Malinches en el atrio del templo de San Mateo Apóstol, la también llamada danza de los maliünts, es el ritual característico del día de la Virgen de la Candelaria, se diferencia de las demás danzas rituales ikoots porque es ejecutada al ritmo de la música del violín las 32 danzas relacionadas con los prodigiosos señores del rayo los “teat Monteok”.
El grupo de maliünts, al que se han incorporado mujeres, danzan en el atrio con sus largos listones de colores, símbolo de la autoridad de los Monteok, con sus tocados de plumas en los que sobresale un espejo bajo el cual pende una hilera de monedas antiguas de plata llamadas tomiüm y una larga pluma de ave en la parte superior, su chal amarrado a los hombros y echado hacia atrás.
La celebración de la Candelaria es una mezcla del rito católico con los ritos indígenas ya que la festividad está relacionada con el inicio de la temporada de siembra, con la vida ritual de los ikoots, pero también con el bienestar a través de los vientos, el equilibrio con la naturaleza y la vida divina de los monteok que con sus poderes sobrenaturales controlan las tormentas.
La celebración a la virgen de la Candelaria entre los ikoots es una reminiscencia de la antigua diosa que llaman “virgen de piedra”, a la que se pide amparo contra los vientos del norte para poder pescar y la petición de lluvia para tener camarones y peces en sus lagunas y sobre todo protección para el pueblo.
Para las comerciantes, artesanas, campesinos huaves, el 2 de febrero es un buen día para hacerse de recursos con la venta de sus mercancías, como huevos, hierbas, flores, frutos, aves, canastas, bordados, comida y bebida, a los visitantes que provienen principalmente de los pueblos zapotecos como Juchitán, San Blas, Santa María Xadani y otros.
