Simitrio Robles Ibáñez
HEROICA CIUDAD DE TLAXIACO, Oaxaca.- Más de 15o familias desplazadas de la comunidad de Guerrero Grande, cinco desaparecidos (tres mujeres y dos hombres), 158 casas incendiadas, son hasta el momento el número que arroja la violencia suscitada los días 7, 8, 9 de octubre pasado, sin que hasta el momento ninguna autoridad federal y estatal se preocupe por la situación beligerante que se está presentando por parte del denominado Frente de Resistencia Indígena Juxtlahuaca (FRIJ), aseguró el presidente municipal de San Esteban Atatlahuca, Rogelio Bautista.
Agregó que el ataque fue perpetrado por la organización FRIJ el pasado jueves 7 de octubre por la noche en la comunidad de Guerrero Grande, encabezado por Juan Gabriel Hernández García y su hermano Fabián Bautista, así como el grupo de golpeadores, quienes atacaron brutalmente a Eugenio Galindo García, al igual que Romero Sandoval Cruz, Rosario García Paz, Dominga Sandoval Barrios, Ester Gómez Santiago -originaria de Santa Lucía Monte Verde-, Amalia Limón Chilita -originaria de Puebla-, que hasta el momento están desaparecidas y nadie sabe de su paradero.
"No estamos de acuerdo con las ideas de esa organización que se metió a nuestra comunidad y que nos quieren separar de la cabecera municipal de San Esteban Atatlahuca, que por no estar de acuerdo nos atacaron y quemaron nuestras viviendas, se robaron mis tres vacas, borregos y gallinas; se quedaron mis tres perros y a la mejor ya los mataron", afirmó Sara Sandoval, originaria de Guerrero Grande y madre de familia, quien fue víctima de agresiones.
Por su parte, Hernanda García Barrios dijo que el pasado 1 de octubre, durante los hechos violentos al ser atacados a balazos los habitantes de Guerrero Grande, cada quien se escondió donde pudo; sin embargo, una bala le causó una herida en la espalda sin mayores consecuencias, "pero tengo miedo de regresar a mi comunidad, pues el grupo armado dijo que si regresamos nos matan".
A su vez, Claudia García Barrios aseguró que muchas mujeres se encuentran solas, pues sus esposos son migrantes, otros se van a trabajar a poblaciones cercanas "y esa noche se nos hizo eterna, corrimos al cerro para salvar nuestra vida, con el temor que nos siguieran; pasamos el frío intenso del bosque, pasamos la noche caminando y al ir amaneciendo fuimos llegando por separado a la cabecera municipal de Atatlahuca, donde las autoridades nos brindaron alojamiento y los pobladores de la cabecera municipal nos proporcionan alimentos, mientras que Guerrero Grande está tomado por el grupo armado".
Por último, el edil Rogelio Bautista manifestó que ya se ha informado al Gobierno del Estado, pero que hasta el momento no existe una disposición firme y decidida para resguardar la zona, garantizar el regreso a Guerrero Grande de las 158 familias desplazadas y mantener la seguridad de los pobladores.
viviendas fueron incendiadas
