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En riesgo, Cruz Roja en Oaxaca: hacen falta donativos y voluntarios

Foto(s): Cortesía
Nadia Altamirano Díaz

La delegación en Oaxaca de la Cruz Roja Mexicana suma otra conmemoración del día Internacional de esta organización humanitaria con una insuficiencia de recursos, sobre todo humanos, que ayude a atender todo tipo de emergencias, una actividad que se sostiene de donativos.

Cada año que pasa, en la óptica del Coordinador de Socorros de la delegación de la Cruz Roja en Oaxaca, Moisés Santiago Robles, es más complicada esta labor de ayuda porque “las emergencias son más difíciles con accidentes más aparatosos y la atención medica se moderniza”.

El deseo de ayudar

Como todas las personas que en cien años de la Cruz Roja en Oaxaca ha llegado a alguna de las diez delegaciones abiertas en territorio estatal, Moisés lo hizo avivado por el deseo de ayudar en labores de rescate, cuando un siniestro pone en riesgo la vida de decenas, cientos o hasta miles de personas, como presenció en el sismo de septiembre de 1985 en la Ciudad de México.

"Yo vivía con mi tía Eugenia en el cuarto piso del Edificio Tabasco, un multifamiliar de cinco pisos en Tlatelolco del que no pudimos bajar porque no se podía ni caminar. A dos cuadras y media estaba el edificio Nuevo León, el más grande y donde vivían varios amigos que murieron”, recuerda Moisés al hurgar en su memoria en donde le nacieron las ganas de ser rescatista.

Ahí, entre miradas de asombro y miedo, a él le llamó la atención mirar a las personas que sabían cómo atender o rescatar a la gente y diez años después, cuando recién cumplió 17 años de edad, egresó de la escuela estatal de técnicos en urgencias médicas.

Ser voluntarias

En estos ocho años al frente de la Coordinación de Socorros, a Moisés le tocó liderear un equipo minado por el miedo a un contagio de COVI-19, ya que al ser una mayoría estudiantes de escuelas de medicina quienes prestan su trabajo de manera voluntaria, hicieron un receso de hasta un año para resguardarse en casa.

Por casi un año Karen Pascual, de 24 años, se dio de baja del voluntariado de la Cruz Roja en Oaxaca, sobre todo “para proteger a mi familia de la exposición a la que estaba expuesta”.

Cuando Karen se reincorporó a la Cruz Roja, sus clases en la Escuela de Medicina de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca seguían a distancia y la mayoría de prácticas, suspendidas, por lo que cada guardia le significaba la oportunidad de aplicar la teoría que aprendía de los libros.

Cada que Karen llega a una emergencia porque se solicitó el auxilio de la Cruz Roja, tiene claro que es el primer contacto con el o la paciente, algo que le despierta el interés por seguir estudiando, pero en 2024 se tendrá que dar de baja como socorrista voluntaria porque inicia su internado y depende de la unidad médica que le asignen.

Arely Bautista Manuel, de 24 años y estudiante también de Medicina, comparte la guardia con Karen y recuerda bien el primer servicio que le tocó atender en una tienda de ropa.

Era una tarde de octubre, la chica estaba tirada en el piso, consciente, pero convulsionando todavía. Arely le detuvo los brazos y piernas, en lo que sus compañeros iban a la ambulancia por una férula espinal para trasladarla al Hospital General Doctor Aurelio Valdivieso, al norte de la ciudad de Oaxaca.

“Cada que sales en la ambulancia no sabes qué tipo de persona vas a atender”, por lo que antes de poder prestar servicio cada socorrista debe someterse a seis meses de teoría, dos más dentro del Hospital de la Cruz Roja y cuatro acompañando traslados en ambulancia.

Ambas son parte de los 80 socorristas que la Cruz Roja tiene en la Ciudad de Oaxaca, pero no están dentro de los 14 que reciben una compensación a su labor, como Feliciano Martínez Santiago que es uno de los dos operadores de ambulancia más experimentado.

Con 71 años de edad y 29 de servicio, la labor de Feliciano no se limita a conducir la ambulancia, “cuando son accidentes de autobuses, hay que ayudar a subir a los heridos o ir a buscar ramas para improvisar férulas, pero también saber limpiar la sangre de las heridas”.

Para ayudar, necesitan ayuda

Que Feliciano decida cumplir con su labor “hasta que pueda” y que no tenga en mente jubilarse por decisión propia, le viene bien a la delegación de la Cruz Roja en Oaxaca porque cada vez tiene menos personal voluntario y con menos tiempo que ofrecer.

“Deberían ser 40 horas al mes como voluntarios, pero hay quienes no pueden dar más de 20 horas”, reconoce el coordinador de Socorros, Moisés Santiago, para quien sigue siendo un reto los contagios de COVID-19 que en la última semana sacó de circulación a dos socorristas.

“Sigue habiendo contagios de COVID y eso, junto con los exámenes finales en las escuelas, merma la de voluntarios”, reconoce Moisés, para quien lo ideal es que la Cruz Roja reciba un verdadero apoyo de las autoridades de gobierno para contar con recursos que permita disponer de una plantilla de personal.

“El servicio hospitalario de la Cruz Roja siempre ha sido particular, sólo el servicio de ambulancia en una emergencia son gratuitos, antes se podían regalar servicios y medicamentos, pero si ahora no hay un apoyo verdadero del gobierno, la oficina podría cerrar, como ocurrió a finales de abril en Izúcar de Matamoros”, o en 2019 en Amozoc, ambas en el estado vecino de Puebla.

 

Cruz Roja Mexicana en Oaxaca

 10 delegaciones

175 socorristas

44 ambulancias

4 vehículos de rescate urbano

670 servicios al mes atiende

 

Principales emergencias que atiende:

Traumatismo por accidentes

Lesión por riñas

Urgencias patológicas 

 

El dato

En 1923 la primera en abrir fue la que se ubica en la Ciudad de Oaxaca.

Dispone de siete ambulancias 

Un camión de rescate urbano

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