En esta época donde se exalta como valores supremos, la comodidad, el éxito personal y la riqueza material, surge un egocentrismo que lleva a la distancia y a la infelicidad con el tiempo, aseguró el Obispo de la Prelatura Mixe de María Auxiliadora, Salvador Murguía Villalobos.
En una exhortación, el mitrado que cuando alguien vuelca la atención hacia su persona se acaba haciendo un doble daño, a los demás, mientras se les pasa por encima y a uno mismo, porque a la postre se queda solo.
“Quienes realmente han hecho algo que ha valido la pena en la historia de la humanidad han sido los seres más generosos”, asentó.
Pero –cuestionó–, ¿qué es generosidad?, ¿es dar limosna a un niño de la calle o a una persona en necesidad?, ¿es invertir algo de mi tiempo en obras de caridad? También eso es generosidad, pero va más allá de eso, también es generosidad escuchar al amigo en sus aventuras y desventuras.
Subrayó que generosidad también es ayudar a quien tiene necesidad, de personas grandes y niños en sus necesidades, así como pensar y actuar hacia los demás, hacia fuera, no hacia adentro.
“Es decir que la generosidad es encaminar tus pasos y girar tus intenciones hacia quien está en necesidad”, señaló.
De este modo, destacó que pensar en los demás y vivir con los demás, así como gozar y sufrir con los otros se debe volver el criterio de su vida.
“Acaso, ¿no es esto lo que hace un padre de familia responsable cada día de su vida? O tal vez, ¿no es lo mismo que hace un maestro o maestra o tal vez una persona que forma y educa la conciencia de los demás? Un Pastor de las almas, ¿no es esta su misión y su identidad? ¿O un amigo, una amiga?”, anotó.
Destacó que según el Evangelio, Jesús se compadecía de quien lloraba y de quienes sufrían, así como les mostraba su cercanía, su compasión y su ternura.
“El momento que estamos viviendo, de contagios, de miedo, de soledad, junto con la actitud de Jesús, son una llamada a dejar que la ternura y la compasión salgan a través de nuestros sentidos”, apuntó.
Murguía Villalobos dijo que este es el mensaje del Evangelio, entregar la vida, volcarse hacia los demás, ayudar a quienes los necesitan y dar consuelo a los que sufren.
“Es decir, dilatar el corazón”, aseveró.
