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El arte de la pirotecnia para celebrar, aún presente en Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Ana Lilia Pacheco

SANTA MARÍA DEL TULE, Oaxaca -Apolinar y Fernando Peralta Jarquín son dos hermanos que pertenecen a la tercera generación de artesanos de la pirotecnia, que con su trabajo, dedicación e innovación, los ha convertido en uno de los cinco mejores del estado en este ámbito.

Ambos recuerdan que fue su tío Gregorio quien los guió para que se dedicaran a la pirotecnia, lo cual les ha dejado mucha satisfacción de ver que su trabajo es aplaudido y valorado.

Apolinar y su hermano hacen toritos, letreros, castillos y muchos tipos de productos pirotécnicos, y uno de los servicios que pocos pueden dar en Oaxaca son los piromusicales.

Estos son castillos, pero la pólvora se enciende y mueve al ritmo de la música siendo manejado por un control en el que diseñan qué tipo de pirotecnia saldrá, en qué parte de la música y cuánto durará.

Relatan que gracias a este oficio han conocido muchos municipios de Oaxaca, incluso los que no sabían que existían, además de que han trabajado en Veracruz y próximamente en Guanajuato.

Entre los productos que ofrecen los hermanos están los cuetes, cuetones, toritos, castillos y piromusicales, estos últimos son de los pocos que tienen este equipo, el cual consiguieron gracias al esfuerzo de ellos y su madre, quien radica en los Estados Unidos.

Conocer una tradición 

Aunque hacer pirotecnia podría considerarse un oficio, Apolinar y Fernando tienen conocimiento en dibujo, arquitectura, matemáticas y química, principales herramientas para sus creaciones.

Explica que para crear un castillo, primero deben hacer un boceto en papel cascarón y después de que se lo aprueba el cliente, comienzan a materializarlo con cartón y mezclas exactas de nitrato de potasio, carbón, magnesio, óxido de cobre y muchos químicos más, tanto para crear la pólvora como los colores de esta.

Fernando subraya que para ellos es importante comprar siempre productos de primera calidad, ya que el no hacerlo, puede provocar siniestros como a otras personas.

Sin embargo, comparten que en 2006 fallecieron dos de sus tíos debido a una explosión y en una ocasión, el material que habían comprado se calentó con el sol y tuvieron una pérdida de material.

Ambos tienen conocimiento de que su trabajo siempre es un riesgo, por lo que siempre tienen mucho cuidado en hacer lo que aman, tanto ellos como los 12 trabajadores que tienen.

Mejorar, un reto constante

Fernando recuerda que comenzó en el taller de su tío limpiando carrizo y poco a poco fue aprendiendo a hacer las mezclas de químicos hasta que un día lo contrataron para hacer un castillo de 8 metros en El Tule.

Mientras que Apolinar, después de haber regresado de Estados Unidos, se integró a la creación de pirotecnia, teniendo su primer trabajo en la agencia de Ixcotel en Santa Lucía del Camino.

Aunque la mayoría de los castillo son por temas religiosos, ambos son contratados para hacer toritos, adornar canastos y hacer letreros en eventos como bodas, XV años, pedidas de mano, entre otras actividades.

Comparten que todos los meses tienen al menos un castillo que realizar; no obstante, de agosto a diciembre son las temporadas altas para ellos.

Afirman que aunque no vivan en el centro de este municipio, su trabajo los ha ido recomendando por lo que agradecen no sólo a sus clientes, también a su familia, esposa, mamá y tíos por guiarlos siempre en el camino.

 

VALORES AGREGADOS

Tradición de la pirotecnia:

  • Cuetes
  • Cuetones
  • Toritos
  • Castillos
  • Piromusicales

 

13 y 15 años
tenían cuando comenzaron el arte de la pirotecnia

 

1 castillo
por mes realizan Apolinar y Fernando

 

Apolinar y Fernando, entre los 5 mejores cueteros de Oaxaca

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