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Daniela y Tania, jóvenes paramédicas, las heroínas sin capa de Oaxaca

urgencias-oaxaca
Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

Las heroínas no siempre llevan capa, algunas portan casco, botas y overol como Daniela y Tania son dos jóvenes paramédicas que de manera voluntaria ayudan a salvar vidas pese a las adversidades que enfrentan.

Su labor rara vez se aprecia, pero en un momento crucial podría marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

Daniela tiene apenas dos años como técnica en atención médica prehospitalaria, una labor que requiere templo y una fuerte convicción de servicio. Sus acciones a lo largo de su corta carrera han demostrado su compromiso con salvar vidas en situaciones críticas. Y aunque esta actividad llega a estar llena de satisfacciones, también está contrastada con momentos triste, aquellos en donde ya nada pueden hacer.

El camino para convertirse en paramédica no es sencillo. Implica una constante actualización y adiestramiento. Aunque se pueden adquirir habilidades en diferentes escuelas, la formación no se detiene ahí. La capacitación continua es fundamental para mantenerse al día en las técnicas y protocolos que pueden marcar la diferencia en una emergencia médica.

En el caso de Daniela, el deseo de convertirse en paramédica surgió por la motivación de otros familiares. En su caso, fue su hermano quien la invitó a un servicio y ella descubrió su pasión por ayudar a los demás.

El trabajo de un paramédico puede ser desafiante. Además de las difíciles condiciones en las que a menudo deben operar, la falta de apoyo económico es una realidad. Las colectas y donaciones son la principal fuente de ingresos para el equipo y la ambulancia. A menudo, los propios paramédicos contribuyen a estos gastos.

Sin embargo, el trabajo tiene sus recompensas. El sentimiento de salvar una vida es inigualable. “El poder llegar a tiempo o llevar a un paciente y lograr que llegue bien al hospital, que llegue vivo, eso es una satisfacción. Es increíble, la verdad, o sea, para mí todo eso es satisfactorio”.

Por su parte, Tania, como paramédica han vivido situaciones intensas, como la ocasión en la que presenció el rescate a personas atrapadas en un accidente automovilístico. En ese momento, la unidad de rescate avanzada no pudo llegar a tiempo, y el equipo con el que estaba Tania tomó la iniciativa. Gracias a su valentía y la ayuda de las personas que estaban presentes, lograron salvar a dos personas.

Además de los desafíos económicos, las paramédicas a veces se enfrentan a la desconfianza y el escepticismo de la gente. Su trabajo es voluntaria, ya menudo, la ciudadanía no comprende la importancia y las dificultades que enfrentan. El apoyo, tanto económico como emocional, es esencial para continuar su trabajo.

A pesar de todo, el sentimiento de satisfacción que obtiene al ayudar a aquellos que no tienen recursos es su mayor recompensa. Su objetivo es claro: llegar a la escena de un accidente y salvar una vida, sin importar quién sea o de dónde venga.

 

 “El poder llegar a tiempo o llevar a un paciente y lograr que llegue bien al hospital, que llegue vivo, eso es una satisfacción".

Daniela

Paramédica

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