A pesar de que desde el 2015 la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC por sus siglas en inglés), organismo dependiente de la Organización Mundial de la Salud, clasificó al glifosato como carcinogénico para los humanos, campesinos oaxaqueños lo emplean para eliminar la hierba en el redituable negocio del cultivo de maguey para la producción de mezcal.
En las zonas de cultivo de maguey, sobre todo de Tlacolula, Yautepec, Ocotlán, Ejutla, Miahuatlán y Sola de Vega, los peones reciben de 300 a 350 pesos diarios por aplicar el glisofato, que tiene un costo aproximado de 350 pesos por litro, a las siembras, sin mayor protección.
En San Carlos Yautepec es común observar a trabajadores que con guantes de hule y cubrebocas como única protección, manipulan su equipo de aspersión entre los surcos sembrados de maguey.
- ¿Para qué es el herbicida, para hoja grande o hoja delgada?
- Delgada.
- ¿Así controlan el monte y mantienen limpio en cultivo?
- Sí.
- ¿Desde cuándo lo usan?
-Ya tiene rato.
Responde un trabajador, sin tener conciencia de que el glifosato puede provocar en su cuerpo afecciones respiratorias, dermatosis e intoxicaciones, así como cáncer.
El investigador del Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO), Alberto López Sánchez señala que los campesinos han dejado de usar la coa y el machete para la limpia de los cultivos, ya que el uso de herbicidas con glifosato acaba prácticamente con la maleza y, por ende, resultan más baratos.
“Si es maleza de hoja grande utilizan en Gramoxone y si es de hoja pequeña, utilizan el glifosato, que es lo más pernicioso; ambos son desfoliadores que en el mundo ya no se están utilizando por los daños que producen al ser humano y la naturaleza, porque dañan ríos y suelos”.
Comenta que ante el auge de la producción de mezcal, la siembra de maguey está provocando la erosión de los suelos, por la práctica de roza, quema y tumba, que ocasiona erosión hídrica y por viento con el consecuente empobrecimiento de las tierras.
“A eso hay que sumar ahora que la industria del mezcal cada vez requiere mayor producción de maguey, por lo que se ha extendido la producción en la selva baja caducifolia del distrito de Tlacolula al Istmo de Tehuantepec y utilizan herbicidas para ahorrar tiempo y dinero, pero a costa del provocar daños irreparables a la selva baja”.
Subraya que los daños al ser humanos, las tierras, los ríos y el aire son terribles, “pero la voracidad de los productores mezcaleros no tiene límites y poco les importan los daños a la salud de los trabajadores, habitantes de la regiones productoras de maguey y los ecosistemas regionales”.
El 9 de septiembre del 2021 el Congreso estatal aprobó la adición de un artículo a la Ley del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente del Estado de Oaxaca, por la cual se prohíbe la producción, distribución, promoción, comercialización y venta de herbicidas que contengan como ingrediente activo glifosato y otros agroquímicos previstos como riesgosos para la salud, aunque como muchas otras normas son letra muerta en la realidad.
El dictamen establece que a partir de la publicación del decreto respectivo en el Periódico Oficial del Estado, lo cual por ley debe ocurrir en los siguientes 15 días naturales, la Secretaría de Medio Ambiente, Energías y Desarrollo Sustentable de Oaxaca contará con 90 días naturales para emitir un listado con los productos prohibidos, que deberá incluir como mínimo el glifosato y los agroquímicos que lo contengan.
Además, deberá incluir los químicos enumerados en los anexos A y B del Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes; el anexo III del Convenio de Rotterdam sobre el Procedimiento de Consentimiento Fundamentado Previo Aplicable a Ciertos Plaguicidas y Productos Químicos Peligrosos Objeto de Comercio Internacional, y el Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono, lo que hasta ahora no ha sucedido
El uso del herbicida quedará prohibido a nivel nacional para el 2024, de acuerdo al decreto emitido por el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, aunque falta ver si la disposición legal se cumple.
