Redacción
Llamado yaaga bii entre los zapotecas, el mezquite es un árbol de leguminosas, pariente de frijol, cuyas flores, acomodadas en racimos, atraen a las abejas; sus hojas son pequeñas y sus ramas están cubiertas de espinas.
Con la fibra que se extrae del interior de este árbol, que alcanza una vida de 80 años y unos 15 metros de altura, se obtiene un harina que en el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, se produce un dulce típico, el cual se consume en Semana Santa.
Sin embargo, fue hace 60 años cuando la construcción del sistema de riego en la región para impulsar el cultivo de caña de azúcar y arroz, así como la ganadería intensiva, trajo consigo la deforestación de más de 60 mil hectáreas de flora endémica, entre ella el mezquite.
En la actualidad, un grupo de 10 campesinos originarios de Juchitán lleva a cabo un proyecto de rescate y aprovechamiento sustentable de este árbol.
El proyecto comenzó en una superficie de tan solo 20 hectáreas. En enero, los agricultores recibieron una capacitación por parte de biólogos investigadores del Instituto Tecnológico Superior de Cajeme (Itesca), de Ciudad Obregón, en Sonora.
Uno de los campesinos, Hernán Bartolo Trinidad, explica que el proyecto consiste en manejar de manera sustentable el mezquite, sin dañar el medio ambiente, talando árboles maduros y sembrando semillas en un vivero para asegurar la reforestación.
"Nos enseñaron a elaborar carbón y aprovechar la madera del mezquite; por ser dura, sirve para elaborar artesanías, pisos y un sinfín de artículos, lo malo es que acá lo que hemos hecho es destruir sin conservar, pero eso ya no lo queremos hacer, por eso nos estamos capacitando”.
Tomás Chiñas Santiago, representante de la Asociación Civil, Tona Taati, afirmó que hasta le momento se tiene más de 150 hectáreas donde actualmente se cuenta con esta especie de árbol:
“Entonces lo que nosotros buscamos es aprovechar este recurso, pero que sea con un manejo sustentable, de ahí que vamos a continuar con la capacitación y vamos a incorporar a más productores”.
Conocido también como mizquitl, en náhuatl, es considerado por la norma 059 de la Semarnat como una especie en peligro de extinción, ya que durante muchos años ha sido talada pero sin un programa que asegure su preservación.
*Con información de El Heraldo y Pie de Página; fotos: Diana Manzo
