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Advierten riesgos a la soberanía alimentaria ante la crisis climática

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Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

La sequía que afecta a todo el país y que en Oaxaca está impactando al 60.7 por ciento de los municipios, representa una amenaza para la soberanía alimentaria, alertaron ambientalistas, activistas y personas de la academia durante el foro “Oaxaca ante la crisis climática” organizado por el Foro Oaxaqueño del Agua y el Instituto de la Naturaleza y la Sociedad (INSO).

El encuentro consistió en cuatro mesas de diálogo donde exhortaron a las autoridades y a la ciudadanía en general a no postergar las acciones urgentes que ya están plenamente identificadas, y a liderar con el ejemplo para dar una respuesta a la altura de esta crisis histórica que pone en grave riesgo nuestros modos de vida. 

En la mesa participaron José Guadalupe Diego Díaz (Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca), Catherine Marielle (Grupo de Estudios Ambientales AC), Flavio Aragón Cuevas (Subsecretario de Producción Sefader), Iván González (CIESAS Pacífico Sur) y Felipe Sánchez Rodríguez (Oaxaca sin Chatarra).

 

 

La y los ponentes enfatizaron que los efectos del cambio climático se viven de manera distinta en las diversas regiones del mundo y de los países debido a sus diferentes condiciones geográficas, ecológicas y socioeconómicas. 

En el caso de México, las acciones y políticas implementadas por los gobiernos, tanto federal como locales, aún no han logrado atender la complejidad de la problemática ambiental en el territorio de manera integral.

Algunas de las acciones concretas para garantizar la soberanía alimentaria que plantearon fueron: tomar decisiones a nivel local para proteger semillas nativas, limitar el uso de insumos agrícolas tóxicos y contrarrestar a las corporaciones agroalimentarias.

Así como abrir espacios a nivel comunal para apoyar a pequeños productores y comprar producciones locales, sanas, nutritivas y culturalmente apropiadas; trabajar desde la educación para reeducar los paladares que han sido colonizados por los sabores de la comida chatarra; impulsar la investigación de los saberes campesinos/indígenas con el mismo tipo de financiamiento con que se impulsa la investigación académica.

Además de ser vigilantes de la política pública que tanto a dañado la soberanía alimentaria favoreciendo a las grandes trasnacionales; fortalecer los sistemas y prácticas de agricultura ancestral enfocados en el cuidado de los suelos, garantizando el reconocimiento de los derechos y territorios de las y los poseedores de conocimientos tradicionales.

 

 

 

“El agua es un bien de todos”

En tanto, respecto del agua plantearon que es necesario partir de que el Agua es fuente de vida y cultura. Considerarla un elemento sagrado porque de ella depende la vida; es limitada, ya que depende de su ciclo, que es frágil. Además adaptarnos a los ritmos de la naturaleza y no pretender dominarla.

Destacaron el agua como un bien común, no una mercancía. “El agua es un bien de todos, un derecho humano. No puede tener un valor económico ni debemos ceder al mercado la función de regular el acceso a ella”, señalaron.

Asimismo, llamaron a repensar el agua desde una perspectiva comunitaria/indígena y no occidental; buscar la restauración de los ecosistemas locales y construcción de infraestructura verde en localidades urbanas.

Otro punto planteado fue la implementación masiva de sistemas de captación de agua de lluvia y de infiltración de agua al acuífero; y educación respecto a maneras de ahorrar, conservar, captar y cuidar el agua desde el nivel primario de la educación.

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