Ciudadanos que han viajado a la capital del país denuncian que en autobuses de primera clase, migrantes viajan de pie o acostados sobre el pasillo, lo que representa un riesgo para los pasajeros, ya que aseguran que esto podría causar un accidente.
Jorge adquirió un boleto para viajar a la Ciudad de México durante el fin de semana con el objetivo de visitar a su familia, la noche del pasado viernes 29 de septiembre, asegura que abordó un autobús de primera clase.
Narra que una vez que el autobús fue ocupado en su totalidad, observó que más y más personas lo abordaron, la mayoría, comenta, eran de origen centroamericano por su acento al hablar, expresó que así partió de la terminal.
Asegura que al llegar a la caseta de Huitzo, personal del Instituto Nacional de Migración (INM) revisó el autobús y de él bajaron a todos los migrantes que iban a bordo, luego de un tiempo volvieron a subir y así llegaron a la Ciudad de México.
Jorge asegura que durante todo el viaje se sintió inseguro, ya que el camión iba con sobrecupo, lo cual podría representar un peligro no sólo para él si no para todos los pasajeros.
“Se supone que los autobuses están diseñados para una capacidad máxima en peso, si se supera el mismo, esto podría ser perjudicial para todos los pasajeros y en caso de un accidente quizá nadie pueda sobrevivir”, expresó.
Peso adicional, altera la respuesta del autobús
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Transporte, asegura que a pesar de la regulación en algunas ciudades, en situaciones prácticas el número de asientos no es un factor que limite la cantidad de pasajeros transportados.
Indica que es común que, en horarios de demanda extrema o de rutas de poca frecuencia, la cantidad de personas viajando de pie sea similar o mayor al número de asientos disponibles.
Por lo que estas condiciones de carga modifican la respuesta del autobús, pues el pasaje se comporta como una carga móvil que altera su desempeño dinámico que conduce, en ocasiones, a una excedencia de los límites operacionales seguros del vehículo.
