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El infierno de las niñas en albergue infantil de Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

Trabajos escolares nocturnos, golpes, amenazas, así como abuso y acoso sexual, eran parte del infierno vivido por las niñas del albergue infantil San Miguel Chicahua, Nochixtlán, de acuerdo con lo documentado en el expediente de queja DDHPO/1517/(01)/OAX/2013.


El procedimiento de investigación de la DDHPO inició el 10 de septiembre de 2013 con motivo del acta de sesión de cabildo realizada en San Miguel Chicahua el día 5 de julio del mismo año en la cual se da cuenta de la denuncia de dos madres de familia e contra del profesor Mateo Cruz Ramírez por abuso sexual.


Fue la propia Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) a través de la subdelegada Ana Gasga Pérez, la que acudió ante la defensoría para denunciar que las estudiantes eran vulneradas con tocamientos en piernas y pechos, por parte de la persona encargada del albergue.


Aquellos abusos fueron narrados por una de las niñas agraviadas identificada como A1 ante el personal del área de Atención Psicológica de la defensoría.


La víctima contó que por las noches, el profesor Mateo entraba a su dormitorio y las llevaba a la biblioteca para que leyeran o realizaran juegos que consistían en hacer sonidos de animales desconocidos. De no hacerlo las castigaba con más tiempo en biblioteca en horario nocturno.


Otro de los abusos narrados fueron los golpes con una vara cuando jugaban o cuando no realizaban ejercicio.


En otras ocasiones dicho personale entraba a los dormitorios o a las regaderas para ver a las niñas desnudas. A esos actos de acoso sexual se sumó abuso sexual.


“El 3 de julio de 2013, durante el acto de clausura del albergue “Niño Artillero”, las menores A1 y A2 se constituyeron al citado albergue, lugar donde el profesor les pidió que sacaran libros de la biblioteca; que al irse A2 a traer unos libros y quedarse A1, aprovechó el profesor para decirle “ponte derecha” y él por detrás empezó a tocarle sus pechos, y caminó rápido y acomodó los libros”.


A la víctima A2, “la abrazó, la subió en sus piernas bajo el argumento de que quería que lo ayudara en la computadora, y al comenzar a escribir, pretendía alzarle la playera y posteriormente comenzó a tocarle sus piernas”.


“Lo aseverado se ratifica con la manifestación de A3, quien aludió que en una ocasión entró al albergue con sus amigas B1 y B2, para saludar al Director del Albergue, y éste la saludó con un beso y la jaló para darle un beso en la boca, acto que le infundió miedo, por lo que salió del lugar inmediatamente para platicárselo a sus compañeras, posteriormente escuchó a B2 que le decía a A3 que el Director del Albergue también había tocado a A1 y a A2; actos que fueron vivenciados por las citadas agraviadas”.


Lo anterior quedó asentado en los dictámenes emitidos por personal del Área de Atención Psicológica de la DDHPO, instancia que por estos hechos emitió la recomendación 04/2014.

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