TILZAPOTE, Santa María Tonameca, Oaxaca.- La desconfianza hacia cualquiera que llegue es notoria; hablar para la gente de esta pequeña localidad no es fácil; acusan que les han mentido, los han traicionado y resultado de ello, es el anuncio de que deben desalojar las 300 hectáreas que actualmente ocupan.
La sentencia judicial está dada: a los comuneros de esta tierra les advirtieron que a partir del día 15 de este mes, correría el tiempo para que desocuparan Tilzapote, al que apenas hace 7 años le aparecieron nuevos dueños, a los que jamás han visto.
Dicen los vecinos que la justicia favoreció a Pedro Ramírez Araiza y a Domitila Guzmán Olivera, quienes ganaron un juicio en el Tribunal Unitario Agrario, a través de su apoderado, Ramiro Ruiz Bravo.
400
habitantes tiene Tilzapote, según las autoridades locales
15.58 %
de la población es analfabeta
5.56
es el grado de escolaridad
"De a como nos toque"
Recientemente, la resolución les fue notificada vía una enviada de la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu), de nombre Cruz Amador Martínez,quien les reunió para advertirles que debían salir inmediatamente de sus propiedades, en cumplimiento a la orden judicial emitida a favor de los supuestos dueños.
“Nos amenazó y dijo que traería a la policía para sacarnos si era necesario; ofreció a cambio unos lotes de 10 por 15 metros; la idea es que perdamos la tierra y todo lo que le hemos invertido, construcciones, sembradíos; piensan que así nomás nos van a sacar, pero no lo vamos a permitir”, dijo Guadalupe Ruiz.
Agregó que aunque el problema no es nuevo, a últimas fechas y luego de los encarcelamientos que ha habido –tres en 2011- ya no confían en nadie y velan armas, para llegado el momento defender lo que les pertenece.
Los comuneros se sienten solos frente a esta injusticia, dicen. FOTO: Mario Jiménez Leyva
Desde hace seis años en que se agudizó el litigio, los habitantes de Tilzapote viven en la zozobra; sin embargo, luego de la última resolución, la angustia por perder sus propiedades crece, pues no conciben la idea de perderlo todo.
Aquí, la gente se dedica a la siembra de maíz y jamaica, cuidan su mar, porque saben que de él depende la subsistencia de varias familias dedicadas a la pesca, ese mar que es el motivo por el cual las ambiciones se despertaron.
“Somos ignorantes pero no tontos, sabemos que tras de todo hay gente de mucho poder político, que lo que quieren es explotar la playa sin importarles lo que pase con las familias que aquí viven, pero vamos a ver de a cómo nos toca; nosotros no tenemos dinero, pero si mucho valor y fuerza para enfrentar lo que venga”, advirtió Valentín García, pescador de la zona.
A decir de Benito Pinacho, aun cuando cuentan con documentos que avalan sus propiedades comunales, estos no fueron respetados; la duda de contar con el respaldo de sus autoridades les asalta, se sienten solos frente a la amenaza.
Desde que inició el proyecto de la supercarretera, comenzaron los conflictos en la zona, acusan pobladores. FOTO: Mario Jiménez Leyva
"Aquí nacimos y aquí nos quedamos"
Las mujeres del lugar se mantienen firmes ante la amenaza; advierten que no cederán lo que tanto sacrificio les ha costado; Andrea González Pinacho es una de ellas, quien asevera que por ningún motivo dejará su solar, cuya construcción cuesta y mide el triple de lo que la Sedatu le ofrece.
“No vamos a dejar la casa por la que mi esposo tuvo que emigrar; tanto sufrir por darle un patrimonio a mis hijos para que de buenas a primeras nos saquen de ahí; aquí se ha dicho mucho que hay políticos detrás de esto, no se vale que nos quiten lo poco que tenemos”, expresó González Pinacho.
Incluso se ofertan lotes muy cercanos a la playa. FOTO: Mario Jiménez Leyva
"Creen que nos engañan, que no nos damos cuenta que a partir de que se empezó el proyecto de la supercarretera a la Costa, se despertó la ambición y comenzaron el negocio; quieren nuestras playas, para luego revenderlas, ganar a costa de la pobreza", concluyeron los entrevistados.
Quizá en cierta forma tengan razón, pues en toda la franja costera cada vez son más los letreros que anuncian las ventas de lotes hasta por 100 mil pesos, dinero que en muchos casos, no son pagados a los comuneros de la región.
