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Robo sacrílego en Teotitlán, Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Luis Ignacio Velásquez

TEOTITLÁN DE FLORES MAGÓN, Oaxaca.- En Teotl, Kalli, titlán, en náhuatl Las casas de Dios, el nombre de esta comunidad, el sacrilegio y la búsqueda de oro o piedras preciosas están acabando con los vestigios de unas culturas milenarias y plenamente desarrolladas.


Tan sólo en la zona conocida como Teotitlán Viejo, quince tumbas prehispánicas han sido saqueadas, para extraer de ellas objetos de oro, piedras preciosas y esculturas de los dioses que acompañarían a los difuntos en su tránsito a otro mundo.


Pedazos de tepalcates por el lugar evidencia el pillaje. Las tumbas mismas, abiertas, como grandes bocas en los cerros que claman con dolor y desesperación, muestran la indolencia de autoridades.


El botín es enorme y se distribuye entre los propios habitantes de la comunidad. Entre las paredes de las casas, la mayoría de habitantes guarda los famosos chentiles, figuras de dioses, animales, constalaciones y demás, que formaron la cosmovisión de los antiguos habitantes de esta parte de la Cañada oaxaqueña.


“¿Van a excavar?”


Mientras acompañados de unos guías los reporteros suben al cerro donde se localizan algunas de las tumbas saqueadas en Teotitlán del Viejo, un pequeño pastor que cuida su hato de chivos pregunta con fingida despreocupación: ¿Dónde van? ¿Van a excavar?


-No, ¿a poco hay ruinas por aquí?


-Sí, allá arriba hay tumbas y algunos suben a excavar, es una zona arqueológica- responde el chiquillo al tiempo que azuza a sus animales para continuar su camino.


Los guías, que solicitan el anonimato por temor a represalias, comentan que el saqueo es tan continuo en la zona, que los habitantes ya lo asumen como algo normal. “Incluso en el centro de la población, la gente encuentra chentiles cuando hace una excavación y se queda con ellos; los guardan, los regalan o los venden, sin mayor problema, pues es una práctica común".


Comentan que hace poco más de tres años, los integrantes de la asociación civil Tekallititlán presentaron diversas piezas en una exposición que se realizó en el parque municipal. “Piezas completas, importantes, que no se sabe si están registradas ante las autoridades competentes o forman parte del patrimonio de los socios de la asociación, pero que sería importante recuperar porque forman parte del patrimonio de toda la comunidad”.



En Teotitlán Viejo, 15 tumbas prehispánicas han sido saqueadas. FOTO: Mario Jiménez

Lamentan que no exista un control sobre las piezas extraídas, “porque dicen que en la exposición se exhibieron máscaras de jade y hoy ya nadie sabe dónde están; creemos que eso es grave porque es patrimonio de la nación”.


Por un museo comunitario


Los jóvenes guías comentan que arqueólogos como Ernesto González Licón, que fue director de Monte Álban, ayudó a investigar la importancia de los vestigios, “pero cuando nos acercamos a las autoridades municipales, encabezadas por Martín Vela, lo primero que nos dijo es: "yo qué gano, porque debo ganar algo para entrarle”.


“Después de la muerte de González Licón, nos vinculamos con la arqueóloga María Noemí Castillo Tejero, quien está interesada en conocer la zona y apoyarnos para que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) pueda datar piezas, determinar la cultura a la que pertenecen y, sobre todo, preservar toda esta riqueza prehispánica a través de un museo comunitario”.


Subrayan que el museo comunitario es la mejor opción para cuidar y preservar las piezas. “Creemos que mucha gente estaría dispuesta a entregar lo que tiene si se constituye el museo, pero esta tarea la debe hacer la autoridad municipal a fin de garantizar su seriedad; porque de otra forma sólo se estaría fomentando y alentando el saqueo, como ha sucedido hasta ahora”.



El botín es enorme y se distribuye entre los propios habitantes de la comunidad

Temen más saqueos


Los vestigios arqueológicos son tan vastos en la zona, que en la escuela primaria Emiliano Zapata, que se ubica en pleno centro del municipio, sobre las ruinas de una pirámide se colocó al asta bandera.


Hasta hoy nadie se ha atrevido a entrar a la escuela para extraer los dioses o joyas que pudieran encontrarse en la pirámide, pero de continuar el saqueo, no faltará alguien que aproveche la ausencia de profesores y estudiantes, para hacerse de algún dinero con el patrimonio nacional.



El sacrilegio está acabando con los vestigios de unas culturas milenarias

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