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En colonia La Cascada de Oaxaca, miedo a que llueva; temen desborde de presa

Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

La voz se afianzan con valor aunque el sentimiento es contrario a sus palabras. “Vivimos con miedo a que llueva”.


Graciela Martínez Echarte, vecina de la Cascada, lo dice con experiencia sustentada. En el 2013, el agua irrumpió en su casa, se llevó muebles, arrancó puertas y pisos. Hasta el momento no han podido regresar al 909 de López Alávez porque el lugar, frente al riesgo del río, es inhabitable.


La mujer avanza entre la manifestación que por segunda ocasión realizan los integrantes del Comité de Vecinos de la Zona Conurbada del Río San Felipe. El lunes lo hicieron frente a la Comisión Nacional del Agua (Conagua).


En sus manos porta una pancarta con aviso y advertencia: “La omisión conlleva a mas perdidas humanas, las autoridades serán responsables del desastre. No se repita la historia de gobiernos anteriores, no mas inoperantes mesas de trabajo. Hechos”.


Al frente, el contingente abre paso con una enorme lona: “Cero y van dos. Cuántas personas más deben morir para que rehabilite la presa rompepicos”. La protesta rodea a marcha fugaz el zócalo capitalino y se detiene frente a Palacio de Gobierno. Las pancartas se multiplicaron y en éstas muestran las fotos de un automovil arrastrado en el 2013 por la corriente del río San Felipe; una presa llena de azolve, casas dañadas.


“Llevamos incontables mesas de trabajo, promesas, pero jamás nos han cumplido nada. Hemos tenido pérdidas de aparatos electrodomésticos, de pisos, muebles. Mi casa a la fecha está inhabitable por los destrozos y todo lo que ocasionó la última inundación. El agua se llevó puertas y todo”, expresa la mujer ya entrada en años.


El temor de los colonos se acrecentó con los daños registrados en Teotitlán de Flores Magón en donde la lluvia dejó una persona desaparecida y daños en viviendas. "No tarda en que nos llueva y la presa está asolvada. Ese cascajo va a ser arrastrado por el río y quién sabe que vaya a pasar", agrega Elsa Conde, integrantes del comité.


“¡No puede pasarse de cabrón!”


Para desactivar la manifestación, Joaquín Rodríguez Palacios, apagafuegos del gobierno del estado, toma el teléfono en presencia de los manifestantes. Hace una llamada y se explaya.


- Ojalá puedan tomar la determinación de acabar con eso mano. Ese sin vergüenza … y perdóname porque hay damas aquí, ¡no puede pasarse de cabrón! No puede decir que es dueño y que le vale gorro. Dame el teléfono de ese sin vergüenza y le voy a decir ¿de qué se trata? Nos estas generando un problema aquí.


- Yo le pregunté: Tú vas a tratar de vender aquí. Meterías a vivir a tu familia a tus hijos ahí, me dijo que no. Entonces pa que chingao quieres que la gente ….


- Sí, sí, entonces a las 12 te caigo con los vecinos. Procura que esté el municipio.


Tras contactar al jurídico de la Conagua, Rodríguez Palacios, vuelve a tomar el teléfono y -según aseguró- marcó al presidente municipal, José Antonio Hernández Fraguas, para solicitar su presencia en la enésima mesa de trabajo en Conagua. La voz detrás de la bocina en donde se lee el nombre de Pablo Calderón, le explica que anda en una gira y que no llegará.


Conagua pidió coperacha


Durante la última reunión sostenida el pasado lunes a fuerza de presión, la Conagua insistió en que no había recursos para desazolvar la presa. La dependencia pidió a los integrantes del Comité de la Zona Conurbada de la Cascada, “coperacha” para poder iniciar los trabajos de desazolve. La dependencia a través del jurídico afirmó no tener recursos para la compra del diesel para una motoconformadora y gasolina para el volteo.


La petición fue que los colonos pagaran el diesel, gasolina y la mano de obra del operador de la motoconformadora. La Conagua sólo se comprometió a prestar una maquinaria y un volteo para sacar el cascajo y escombro de más de 250 volteos que azolvan la presa Rompepicos.

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