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Discapacidad intelectual, salir de las sombras en Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

Lograron romper con los límites y las barreras que buscan condenarlos a la sombra y el aislamiento. Con tenacidad y esfuerzo demostraron que no son un problema sino ciudadanos que tienen necesidades específicas que no se han querido atender.


Son personas con discapacidad intelectual quienes, integrados en el Centro Educativo y Laboral para la Diversidad Mental A.C,, luchan por ser su propia fuente de empleo.


El grupo está conformado por seis jóvenes, además de adolescentes que nacieron con discapacidad. Tras la capacitación para el empleo realizan labores de jardinería en parques, jardines y camellones de la ciudad.


Se trata de José Luis Cisneros de 22 años de edad, Karla de 15, David Narváez de 26, Cristian Martínez de 29, Brandon García de 15 y Pedro Luis Martínez de 17, quienes comparten, además de la discapacidad intelectual, el deseo por ser autosuficientes.



El 1.6 % de la población en Oaxaca tiene discapacidad intelectual; por ser un sector relativamente bajo, es invisible en las políticas de gobierno. FOTO: Román Carlos

Adicionalmente de la terapia ocupacional que consiste en el mantenimiento de un jardín ubicado detrás de la Comisión Federal de Electricidad, el grupo de jóvenes conserva embellecidos los camellones ubicados entre el estadio de fútbol de los Alebrijes y el Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO).


La actividad que realizan les permite contar con ingresos, empresas socialmente responsables que tienen en comodato estas áreas para su cuidado determinaron asignar las labores de jardinería a la asociación a cambio de emulumentos y para contribuir a su inclusión social.


No existe, entonces ….hay que inventarlo


La asociación, considerada un sueño por todos sus integrantes nació en mayo de 2016 ante la carencia de espacios para la atención de este sector de la sociedad.


Viendo la carencia de opciones educativas y laborales para las personas con discapacidad intelectual, decidieron iniciar con el proyecto. Si bien es cierto que existen Centros de Atención Múltiple (CAM), deben egresar tan pronto cumplan los 15 o 18 años de edad. Después de ello no hay camino hacia dónde seguir.


“Los jóvenes se quedan en sus casas, la madre se va a trabajar y no hay nada que hacer con los chicos. Eso es triste pudiendo contar con una oportunidad de vida para incluirse en la sociedad en el área laboral”, señala María del Carmen Castañeda Ruiz, presidenta de la asociación y madre de David Narváez, uno de los jóvenes con discapacidad.



El Centro Educativo y Laboral para la Diversidad Mental A.C, se ubica en la Unidad habitacional ISSSTE. FOTO: Román Carlos

De manera altruista el psicólogo Jesús Cruz, el profesor César Martínez y la trabajadora social Juliana Caballero Jiménez, dedican su tiempo a dotar de herramientas que permitan a los jóvenes ser autosuficientes a través de distintos talleres para la preparación de paletas con chamoy y manualidades, así como el de jardinería.


Para las personas con discapacidad intelectual tener una retribución económica por la labor que realizan es un aliciente que los impulsa a seguir esforzándose y no depender de los programas asistencialistas, que peses a los eventos de relumbrón, muchas veces no llegan a aterrizar.


“Cuando los chicos reciben una paga por el trabajo que realizan su estima se va para arriba, su cara de felicidad lo dice todo. Son como cualquier persona, piensan y sienten como nosotros”, señala María del Carmen, cariñosamente conocida como Maye.


Discriminación y exclusión



La terapia ocupacional ayuda a personas del Centro Educativo y Laboral para la Diversidad Mental A.C a la elaboración de productos con los que obtienen ingresos. FOTO: Román Carlos

Las personas con discapacidad intelectual representan el 1.6 por ciento de la población oaxaqueña, cifra que es baja para las autoridades y, por ello, no existen políticas públicas para la atención e integración a la sociedad de este tipo de personas.


La discapacidad que viven, en la mayoría de los casos, deriva de algún tipo de accidente de gestación, nacimiento o edad temprana.


“Los lugares para las personas con discapacidad son muy pocos. Hay CAM, pero no te reciben a niños con discapacidad con afectación profunda, por eso la necesidad de crear un lugar para su atención”, señala Jesús Cruz, psicólogo del centro.


Es lunes, el grupo de jóvenes llega de manera puntual a sus clases. Cada uno es dedicado a su aprendizaje. Intercambian alguna palabra, sonrisa o sonido gutural con el que expresan satisfacción por lo que realizan.


Para las madres de familia -cuatro de las seis son madres solteras, a partir del abandono de la pareja al saber de la discapacidad de sus hijos- el centro es un enorme apoyo y esperanza de saberse acompañada en la tarea de guiar a una persona con discapacidad intelectual.


Maye afirma que todas cuentan con la valentía para enfrentar este reto en compañía de sus hijos.

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