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Desmonte y carreteras acorralan al jaguar en Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Octavio Vélez Ascencio

VALLE DE TLACOLULA, Oax.- El desmonte de bosques y selvas para uso agropecuario, pero también la caza de animales que son su alimento, ha originado el avistamiento y el ataque de algún felino al ganado y aves de corral en corredores biológicos de los Valles Centrales, Cuenca del Papaloapan, Sierra Norte e Istmo de Tehuantepec.


Por eso, no es raro que un jaguar, puma, yaguarundí, tigrillo u ocelote, aparezcan de vez en cuando en algún municipio de esas regiones, algunos cercanos a la capital, como Tlalixtac de Cabrera o la Villa de Mitla.


Aunque en muchas de las ocasiones, son cazados y hasta sacrificados por sus habitantes por temor a sufrir una agresión.



 


A estas causas, también se ha sumado ahora la apertura y construcción de vías de comunicación, especialmente la supercarretera Oaxaca-Mitla-Istmo de Tehuantepec, ante la falta de pasos para la fauna, sobre todo a los felinos.


Por esto, fundamentalmente el jaguar, se encuentra en peligro de extinción porque según estudios de especialistas, se calcula que sobreviven apenas unos 400 ejemplares en el estado.


El encargado del Departamento de Biología del Santuario del Jaguar, Luis Alberto Yescas Zárate dijo que la amenaza crece año con año en contra del jaguar porque cada vez se incrementa el desmonte de bosques y selvas para uso agropecuario.




El encargado del Departamento de Biología del Santuario del Jaguar, Luis Alberto Yescas Zárate, da cuenta de las amenazas al jaguar. FOTO: Carlos Román Velasco

“Al verse reducido su territorio, el jaguar caza lo que hay cerca y no sabe que las vacas, cerdos o pollos tienen dueño y los consume; entonces el humano toma represalias y lo mata”, asentó.


Desafortunadamente –subrayó–, se desconoce cuántos ejemplares son sacrificados en las comunidades de la Sierra Norte y el Istmo de Tehuantepec, especialmente en los Chimalapas, por su lejanía y porque difícilmente los campesinos lo van a admitir.


“Difícilmente van a bajar de la comunidad y avisar que mataron a un jaguar; por el contrario, para ellos, constituye un triunfo porque se quitaron de encima a quien les estaban ocasionando daño.  Es el enfrentamiento jaguar-humano-jaguar”, agregó.


Degradación del hábitat




Un jaguar captado en una fototrampa en San Juan Yetzecovi, Villa Alta. Foto: Cortesía Conanp

El director de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), Pavel Palacios Chávez dijo que las principales causas de las amenazas al jaguar son la degradación de su hábitat, principalmente el desmonte de selvas y bosques para uso agropecuario.


Aunque, observó que en municipios de la Sierra Juárez, muchas de sus presas, sobre todo venados y jabalíes, están desapareciendo porque también son parte de la dieta de sus habitantes.


“Ya sea por eso, o por cacería, el jaguar sale a buscar alimento a las poblaciones y ahí es cazado y sacrificado”, señaló.


Amenazado


90 especies son sus presas


30% de su dieta es ganado doméstico


440 jaguares, población estimada en Oaxaca



 


Destacó que la presencia del jaguar en algunas regiones de Oaxaca resulta importante porque se convierte en un conector con el sur del país.


Y detalló que según el último censo de la Alianza para la Conservación del Jaguar, se estima una población de 400 ejemplares de los cuatro mil aproximadamente del país.


Constructoras rompen corredores biológicos




Un ejemplar captado en la Villa de Mitla. Foto: Cortesía Conanp

“En la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) para la construcción de la supercarretera Oaxaca-Mitla-Istmo de Tehuantepec, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes se había comprometido a construir 179 pasos para la fauna, pero no hizo ninguna y ahora pretende que las bajadas de aguas pluviales sean utilizadas por los animales, especialmente, por los grandes felinos, el jaguar y el puma.


Seguramente ninguno de los dos los utilizará porque las bajadas de aguas pluviales estarán con ramas y piedras; con eso, se romperán estos corredores biológicos de los grandes felinos y hasta habrá el riesgo de que sean atropellados por los automovilistas.


También, afectará el paso de los pequeños felinos como el tigrillo, el ocelote, el lince y el yaguarundí; también, originará el desplazamiento a otros lugares del venado y jabalí, especies de las que sobreviven estos depredadores”: Víctor Rosas Vigil, director general del Santuario del Jaguar.


El jaguar de luz


El 17 de octubre del 2004, habitantes de Cristo Rey La Selva, perteneciente al municipio de Asunción Lachixila, región de la Sierra Norte, atraparon y entregaron a la Profepa a un jaguar luminoso, ante al daño que ocasionaba a su ganado.


Sin embargo, el 6 de marzo del 2005, en un hecho sin precedente, los pobladores de Asunción Lachixila, decidieron regresar al jaguar a su montaña de origen, porque según sus abuelos fundadores, estos ejemplares forman parte importante de su patrimonio comunal, natural e histórico.



El jaguar, yaguar o yaguareté (Panthera onca), es un carnívoro felino del género Panthera.


Es la única de las cuatro especies actuales de este género que se encuentra en América. Es el tercer felino viviente de mayor tamaño, después del tigre (Panthera tigris) y el león (Panthera leo), y el más grande y fuerte del Hemisferio Occidental. Su distribución actual se extiende desde el norte de México y gran parte de Centroamérica hasta el Perú, Paraguay y el norte de Argentina


Se encuentra emparentado y se asemeja mucho en apariencia física al leopardo (Panthera pardus), pero generalmente es de mayor tamaño, cuenta con una constitución más robusta y su comportamiento y hábitat son más acordes a los del tigre (Panthera tigris). Si bien prefiere las selvas densas y húmedas, puede acomodarse a una gran variedad de terrenos boscosos o abiertos.


El jaguar está calificado en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como especie casi amenazada y su número está en declive. Entre los factores que lo amenazan se incluyen la pérdida y la fragmentación de su hábitat. A pesar de que el comercio internacional de jaguares o sus partes está prohibido, este felino muere regularmente a mano de los humanos, especialmente en conflictos con rancheros y granjeros.


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