Pese a que la entidad todavía está catalogada como dentro del semáforo rojo para el Gobierno Federal, la llamada ‘nueva normalidad’ ya se vive en las calles de Oaxaca de Juárez y la zona conurbada, en donde el flujo de personas transitando en vía pública y realizando sus actividades habituales, va cada vez más en aumento.
Ya con los comerciantes ambulantes instalados casi en su totalidad en el primer cuadro de la ciudad y los negocios establecidos reanudando actividades, el movimiento es mayor y la necesidad de desplazarse de un lado a otro, aumenta. Sin embargo, entre la gente persiste el miedo a contagiarse de coronavirus (COVID-19) debido a que, aseguran, aún no se elimina este mal.
“Ya anda uno con miedo, ya se sube uno pensando ‘Dios mío, ojalá que no me vaya a agarrar acá el virus o que vaya a ir una persona infectada en el urbano o en el taxi’ porque de verdad, está muy fea la situación”, dice la señora Imelda, pasajera del transporte urbano de Santa Cruz Amilpas al centro de la capital.
Temor al contagio
El temor a un contagio, como ella misma dice, se debe a que “a muchos nos valió, y digo ‘nos’ porque pues uno tiene que salir y trabajar y pues ya está uno contribuyendo a que no se pueda frenar esto”.
En las unidades de transporte, por supuesto, las medidas sanitarias implementadas por las autoridades como la sana distancia, la restricción en el número de pasajeros a bordo y el uso de gel o cubrebocas, poco a poco se van perdiendo.
“Es que va a llegar un momento en que ya no sea tan necesario o ya a los choferes les valga si traen o no traen (cubrebocas, los pasajeros), van a tener que ocuparse o de cobrar o de supervisar a su pasaje, además de que es pérdida para ellos llevar poca gente”, apunta el señor Miguel, pasajero de la misma ruta que la señora Imelda.
Sin embargo, asegura que él, como usuario, sí siente un poco más de desconfianza al viajar, en cualquier transporte público sin excepción, ya sea taxi o urbano.
“Siempre han tenido esa marquita de que o son groseros, maleducados, que son sucios, que llevan basura o que no limpian sus carros… y si a eso le pones el hecho de que puede haber un pasajero contagiado que viaja o ya viajó y que no te dan gel ni te piden ponerte el cubrebocas, pues imagínate a lo que te arriesgas; pero ni modo, no hay de otra”, comenta.
Restricciones fugaces
Cuando la contingencia epidemiológica comenzó a tomar tintes de emergencia en el estado, las autoridades implementaron medidas específicas para el transporte; reducir la capacidad de pasaje, sanitización de unidades, uso obligatorio de cubrebocas para abordar y dotación de gel antibacterial al subir, fueron unas de ellas.
También por ahí se determinó establecer horarios de corridas, crear rutas especiales para satisfacer toda la demanda en la capital y la zona conurbada, así como un recorte en el número de unidades de cada flotilla por ruta. Sin embargo, algunos inconvenientes no se previeron y es hasta ahora que saltan a la luz.
“Si de por sí acá es complicado agarrar camión o que pasen, ahora imagínate con eso que dicen que recortaron las flotillas. Apenas la semana pasada me acuerdo que vine acá al centro y no, eh, mejor me hubiera yo ido caminando y llego más rápido”, platica entre risas el señor Juan José sobre la media hora que esperó un camión Sertexa en inmediaciones del Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca, en Santa Lucía del Camino.
Responsabilidad personal
Y sobre las medidas sanitarias más comunes, es claro. “Creo que es más responsabilidad de uno, creo que uno debe cuidarse, asearse y tratar de no exponerse. Ya si estos canijos traen su carro como su cara, pues ya es su bronca, pero uno es el que se tiene que cuidar”, afirma.
Hasta ahora, a través de redes sociales, distintos usuarios han manifestado su inconformidad debido a que aseguran haber tenido que esperar mucho tiempo para abordar un vehículo del transporte urbano, lo cual atribuyen a la medida de recortar el número de unidades en circulación.
De igual forma, denuncian que algunas unidades se encuentran en condiciones insalubres y dudan que hayan pasado por un proceso de sanitización, por lo que esperan que las autoridades tomen cartas en el asunto.
