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Antonio de León, oaxaqueño consumador de la Independencia

Foto(s): Cortesía
Luis Ignacio Velásquez

El pedestal del General Antonio de León y Loyola se sitúa enfrente de la Catedral, pero su mirada no se posa sobre la iglesia católica. Con el rostro girado hacia la izquierda, el libertador de Oaxaca observa atento el palacio de gobierno, que ocupó hasta en tres ocasiones, después de proclamar la independencia de Oaxaca en el paraje Las Peñas, del municipio de Tezoatlán de Segura y Luna, el 19 de junio de 1821.


La mano izquierda del héroe de la Independencia sostiene el gorro del Ejército Trigarante, mientras su diestra se aferra a la empuñadura de la espada, en un toque que enaltece el uniforme de gala de los ejércitos de Agustín de Iturbide. Sobre la cantera verde y rosa, de la que penden recuadros de mármol que recuerda sus glorias militares, la figura de Antonio de León es adusta, severa.


En el parque que lleva su nombre, decenas de transeúntes realizan sus labores cotidianas sin detenerse a observar esa mirada fija a la sede del poder político de la entidad, del militar realista que consumó la independencia del estado.


LOS ORÍGENES

Antonio de León nació el 3 de junio de 1794 en Santiago Huajolotitlán. Hijo del señor don Manuel León y la señora María de la Luz Loyola, vivió y creció en la población de Huajolotitlán en la región de la Mixteca oaxaqueña. Perteneció a una familia de clase alta cuyo rancho procedía de las cercanías de San Andrés Dinicuiti, Huajuapan.


 


El soldado realista


En realidad, Antonio de León y Loyola participó en el bando realista en la Guerra de Independencia hasta 1821, después de que se firmara el Plan de Iguala proclamado por Agustín de Iturbide.


Antes de cumplir los 17 años de edad, se dio de alta en el Regimiento de Realistas de Huajuapan, el 10 de mayo de 1811, recibiendo el grado de alférez o abanderado, que desempeñó durante tres años. El 6 de julio de 1814 fue ascendido al grado de teniente y con este grado se le comisionó a la Comandancia Militar que encabezaba Félix María Calleja, la cual formó al recobrar la Intendencia de Oaxaca.


Antonio de León intervino activamente en diversas comisiones y acciones de armas, escoltando convoyes con mercancía o dinero. En ese entonces se encontraba a las órdenes del Teniente Coronel Lamadrid, Comandante de Izúcar, con quien participó en un ataque al General Vicente Guerrero el 16 de agosto de 1815 y María Morelos en Texmalaca, el 3 de noviembre de 1815. En 1816, Antonio de León volvió a la Comandancia Realista de Huajuapan, poniéndose a las órdenes del Coronel Saturnino Samaniegos.



En la capital del país también se honra al héroe independentista

En marzo de ese año, en las riberas del río Mixteco aprehendió a un soldado de apellido Loyola, su primo-hermano, y lo entregó a Samaniego, quien lo mandó fusilar.


En el servicio del gobierno virreinal alcanzó el grado de capitán el 18 de abril de 1817. En el año de 1820 fungió como alcalde primero de Huajuapan, razón por la cual el 2 de julio del mismo año inició su mandato como presidente municipal, después de haber sido asignado por decreto del 9 de marzo anterior.


Antonio de León se unió a la causa insurgente después de haberse firmado el Plan de Iguala. En marzo de 1821, él y su hermano Manuel se unen a Nicolás Bravo y con un grupo de mixtecos avanzan hacia Huajuapan, donde el 16 de junio proclama la independencia de la entidad en el paraje Las Peñas, del hoy municipio de Tezoatlán de Segura y Luna.


CONSUMACIÓN DE LA INDEPENDENCIA DE OAXACA

El 31 de julio de 1821, el General Antonio de Léon y Loyola proclamó la consumación de la independencia en la provincia de Oaxaca, después de derrotar al coronel realista Manuel Obeso.


 


Comandante de Oaxaca


Inmediatamente después, al frente de 26 hombres mal armados y con municiones escasas, atacó a doble número de realistas, obligándolos a rendirse en Huajuapan. El 21 de junio de 1821, Antonio de León toma la plaza. Allí se le adhiere un batallón guanajuatense comandado por don Regino Brito. Enseguida ataca a 55 Cazadores de la Reina, de un batallón que marchaba rumbo a Huajuapan, a las órdenes del capitán José Ortega, derrotándolo en el paraje denominado Agua Escondida, y obligándolo a rendirse a discreción.


La consumación de la independencia en la provincia de Oaxaca inicia con la derrota del Coronel Don Manuel Obeso, quien capituló en Etla y entrega las llaves de la ciudad de Oaxaca a Antonio de León, el 31 de julio de 1821.


El ejército de insurgentes entra triunfal a la capital, pero cuando pasa frente al antiguo colegio de los jesuitas, convento de las monjas de la Concepción, un temblor sacude la tierra y provoca la caída del escudo de armas imperial del frontispicio, partiéndose en dos pedazos, lo que se toma por los soldados del Ejército Trigarante, como señal de buen augurio.



En las fiestas patrias, los mixtecos aclaman la figura del General Antonio de León

Así, Antonio de León se constituye en gobernador, alcalde y jefe de las fuerzas armadas de la primera provincia donde se consumó la Independencia del país. Posteriormente, el 27 de septiembre de 1821, el Ejército Trigarante entra a la Ciudad de México para consumar la Independencia nacional.


Posteriomente, Agustín de Iturbide lo premia dándole el nombramiento de Comandante de las Tres Mixtecas y una vez concluida la Independencia de México, es designado Comandante de Oaxaca.


"Su" Alameda


La plaza donde hoy se levanta su estatua, frente a la Catedral, también tiene su anécdota. De acuerdo con algunos historiadores, fue el mismo gobernador Antonio de León, quien en 1840, propuso a su secretario Benito Juárez García convertir ese enorme terreno en un parque público.


A sus espaldas de la estatua se situaba en ese entonces la casa del Benemérito de Oaxaca y Héroe de la Independencia, por lo que se llevaron a cabo los trabajos para establecer la famosa Alameda de Léon, que fue inaugurada oficialmente el 13 de octubre de 1843.


MUERE EN BATALLA

Después de consumar la independencia del estado de Oaxaca, el General Antonio de León y Loyola continuó su defensa de la Patria hasta que el 8 de septiembre de 1847, a las ocho de la noche, muere en la batalla del Molino del Rey ante las fuerzas invasoras norteamericanas.


 

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