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Colonia Alemán, "trofeo" contra la revuelta

Foto(s): Cortesía
Luis Ignacio Velásquez

La colonia Miguel Alemán fue creada como resultado del movimiento popular que derrocó al gobernador Manuel Mayoral Heredia, en 1952. Antes de que la Secretaría de Gobernación, el 23 de julio, diera a conocer su separación del cargo el titular del Poder Ejecutivo repartió un enorme predio que se ubicaba en la parte sur de capital del estado, a la ribera del río Atoyac, entre las personas que apoyaron su gestión, incluidos los integrantes de la Liga Inquilinaria. Así nació la populosa colonia.


Hoy, a sus 65 años, luce saturada, con graves problemas de seguridad pública, sin espacios para estacionamientos de vehículos automotores, con banquetas y vías del asfalto destruidas, ahogada en medio de la ribera del río y la carretera que conduce al aeropuerto de Xoxocotlán.


La protesta social




El profesor, Héctor Santillán Pérez, prepara un libro sobre la fundación de la colonia Miguel Alemán. FOTO: Mario Jiménez Leyva

El profesor Héctor Santillán Pérez, originario de Ixtlán de Juárez, recuerda que en 1950 se adhirió a la la Liga Inquilinaria, precursora del movimiento que fundó la colonia.


En su negocio de papelería, rememora que ese año comenzaron las inconformidades del pueblo en contra de Mayoral Heredia, impulsada por los comerciantes, locatarios de los mercados 20 de Noviembre y Benito Juárez, así como estudiantes del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca.


Añade que a este movimiento en contra del alza de impuestos y servicios, se sumaron los integrantes de la Liga Inquilinaria, que estaba constituida por las personas que rentaban cuartos en la capital del estado.


“En ese tiempo había muchas casonas que servían de vecindades, predios que tenían hasta 20 cuartos, lo que generaba muchos conflictos y por esta razón surgió la Liga Inquilinaria, que funcionó en lo que hoy es la Casa de Cortés, encabezaba por Miguel Polo Chavarría y Francisco Ramos”.


Explica que Mayoral Heredia acababa de tomar el posesión de su puesto y heredó un conflicto social fuerte del gobierno anterior, encabezado por Eduardo Vasconcelos; pero en lugar de buscar solucionarlo, tomó medidas en contra de los ciudadanos, como incrementar impuestos y servicios, entre ellos la energía eléctrica y el agua potable; además, los mercados estaban abandonados, por lo que la inconformidad social aumentó.


La represión


Señala que, en este contexto, el día 21 de marzo de 1952 el gobernador Mayoral Heredia se va a Guelatao para supuestamente honrar a Juárez, pero se fue todo el día, y sabía que iba a haber una manifestación por parte de estudiantes, comerciantes, locatarios de los mercados e inquilinos.


“Se hizo una marcha de la estación de ferrocarril al zócalo, en donde los inconformes empezaron a corear consignas, pero como no estaba el gobernador en palacio, decidimos ir a la Casa de Gobierno, que se ubica cerca del Llano; por el camino pasamos por la funeraria Nuñez Banuet y algunos manifestantes tomaron féretros y los incorporaron a la protesta, pero antes de llegar a la Casa de Gobierno, nos dimos cuenta que soldados y policías se tiraban pecho a tierra y que en las azoteas se apostaban otros uniformados, que de repente empezaron a disparar a la multitud que se acercaba”.



Dice que ahí cayeron dos personas que venían cargando los ataúdes, uno era un taxista del sitio Alameda al que que apodaba al Chachalaco y, el otro, un estudiante del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca.


Agrega que, ante la represión, retornaron al zócalo y la gente arreció sus protestas, declarando una huelga general en contra del gobernador Mayoral Heredia; entonces el ejecutivo solicitó a sus amigos los líderes de la Liga Inquilinaria que lo ayudaran y le organizaron una mitín de apoyo en el trajeron gente de diversas comunidades, entre ellas Miahuatlán.


“El gobernador les prometió, a los que participaron en la marcha en apoyo, un terreno para que pudieran fincar en la ciudad, entonces la Liga Inquilinaria presionó también para que le dieran lotes a sus agremiados y así se fundó la colonia Miguel Alemán”.


La panadera




Doña Paz Espinoza recuerda cuando la colonia era un lodazal. FOTO: Mario Jiménez Leyva

La señora Paz Espinosa, de 76 años de edad, evoca que a los 18 años comenzó a vender pan en lo que era el mercado de la colonia; el pan era a 10 centavos o 3 piezas por 25 centavos.


“En ese tiempo todo esto era un hoyo de agua, donde hasta patos había, porque hasta acá llegaba la ribera del río Atoyac; entonces empezaron a fincar con sus jacalitos, así comenzó a formarse la colonia y ahora hasta de doble piso son”.


Mientras atiende su puesto de pan, expresa que en lo que era el mercado había algunas casetitas, “pero era puro paredón, no tenía techo”.


Expresa que todos los días venía del barrio del Marquesado por la vía del tren, porque todo era carrizal y yerbas; “la vía del tren marcaba el límite de la ciudad capital, el DIF estatal no existía, era parte del río Atoyac. Ya después, poco a poco, se puso bonito; gracias a Dios que me dio tiempo de verlo; antes la gente era muy amable, todos se conocían”.


La inseguridad




La inseguridad genera escenas como estas, la señora atando sus puertas con un pedazo de trapo. FOTO: Mario Jiménez Leyva

El profesor Héctor Santillán Pérez manifiesta que en los últimos meses se han registrado hechos delictivos en la colonia, desde robos a casa-habitación, asaltos a transeúntes y cristalazo a vehículos. “En esta semana asaltaron a una vecina, una señora de la tercera edad; más adelante también fue asaltado un señor que, por la agresión, se mantiene todavía en coma”.


Informa que por esta razón los vecinos se están organizando a fin de solicitar a la autoridad municipal vigilancia; “además que estamos viendo la posibilidad de adquirir alarmas o algún otro sistema de alertamiento para cuidarnos los propios vecinos”.


“Porque el comité de vida vecinal no ha funcionado, ya tiene cuatro o cinco años que no hacen absolutamente nada y los vecinos tenemos que buscar la forma de solucionar nuestros propios problemas; el asunto es que la invasión que se hizo al margen del río Atoyac trajo muchos jóvenes que delinquen y lo mismo sucede con algunas personas de la colonia Reforma Agraria, entonces estamos rodeados de peligros”.



Sostiene que la convulsión que ha vivido la ciudad de Oaxaca de Juárez y el estado los ha perjudicado mucho, sobre todo en materia de seguridad, por lo que solicitan atención a esta problemática.

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