Pasar al contenido principal
x

VIDEO| Empanadas de San Antonino: para chuparse los dedos

Foto(s): Cortesía
Redacción

Los tiempos han cambiado para las mujeres que elaboran empanadas en el municipio de San Antonino Castillo Velasco; levantarse antes de las cuatro, moler el nixtamal en el molino y en el metate los chiles guajillos, maniobrar las tortillas ante el fuego por varias horas y caminar a Ocotlán para tomar el camión Estrella y viajar hasta la capital o a Ejutla, sólo era la primera parte de la jornada laboral.


Los recuerdos de Carmen Sánchez, mujer que desde hace 37 años elabora este platillo típico del municipio, remontan hasta los días previos a las primeras Guelaguetzas, cuando su bisabuela enseñó a su abuelita todos los detalles y las técnicas para que las empanadas doradas y con una mezcla muy parecida al amarillo, obtuvieran gran popularidad en los Valles Centrales y entre los extranjeros visitantes.






Tiempos aquellos...




Las empanadas se pueden saborear en el baratillo de San Antonino Castillo Velasco. FOTO: Javier Jarquín

La mujer, de 52 años de edad, mencionó que las redonditas (canastas donde depositan el alimento) contenían aproximadamente 50 o 60 empanadas, las cuales cargaban encima de sus rodetes y ajustaban con un rebozo a sus cabezas "y así caminandito" se iban unos tres kilómetros bajo el sol, para poder desplazarse en camión cerca del municipio de Ocotlán de Morelos.


"Era difícil en un principio, nadie nos conocía ni nos buscaba, teníamos que salir con nuestra redondita a ofrecerlas en las calles de San Antonino, caminar a Ocotlán, o viajar y venderlas en Oaxaca, Ejutla o en el paso de la vieja carretera. Cuando viajamos a la capital yo tenía unos 10 años y el Mercado de Abasto aún estaba en la calle de Minas"; doña Carmen recuerda la época en la que el mercado se trasladó a su actual ubicación, en 1975.


La casa de las empanadas




Las tortillas se hacen en horno de adobe; "no salen igual si no se calientan con leña", refrán de las tortilleras oaxaqueñas. FOTO: Javier Jarquín

Yo no sería nadie sin mi bisabuela, mi abuela o mi madre, no es decir nada más aquí están las empanadas de San Antonino porque soy de acá"; nosotras traemos un sazón muy único, los del pueblo conocieron a la abuelita y recuerdan sus platillos, pero hay visitantes que vienen al municipio que distinguen la delicia de estas empanadas, nos hacen sentir auténticos al saber que reconocen el sabor que la abuelita tenía en su sazón".


En la calle de Constitución, en San Antonino, está "la casa de las empanadas", el hogar de los suegros de Teófila Hernández Ruíz, la madre de doña Carmen, "una mujer que toda su vida se dedicó a realizar empanadas desde que se casó"; la heredera de este tradicional platillo mencionó que en la zona era común que las nueras adoptaran las labores de la suegra, "una tradición heredada para las nueras, para el sustento tamiliar".


En la variedad está el detalle


Las empanadas pueden variar hasta en estas fechas de vigilia; si uno no quiere comer carne, los platillos pueden ser de pura flor de calabaza o cilantro; pero lo tradicional, afirmó doña Carmen Sánchez, es la de cilantro con carne de puerco, "pero puede variar, si no puede comer cerdo se las hacemos de pollito, hasta de conejo si quiere, nomás' tráigamelo ya muertito y se lo cuezo y se lo preparo".


Pero destacó una cualidad única del amarillo que preparan en el municipio, "siempre se debe bañar con el caldito de puerco para que tenga ese toque ".




Doña Carmen todavía utiliza el metate que dejó su madre, un obsequio de la madrina de confirmación, el día de su boda. FOTO: Javier Jarquín

Finalmente, la cocinera tradicional mencionó que las empanadas no tienen comparación con las de ningún otro lugar en el estado, que podrá haber otras de amarillo, pero nunca iguales...; "estábamos comiendo masa, sin sabor, sin nada, ¿usted qué le pone?', preguntan y ahí está el detalle, porque es desde mi bisabuelita que le enseñó a la abuela para que nos exigiera su modo de cocinar, que si quería moler el cilantro 'ah no, muéleme la yerba en metate porque si no, no sabe'; el guaijillo, el tomate y lo demás, todo lo quería así".


UBICACIÓN


Si alguna vez visita San Antonino Castillo Velasco, a unos 33 kilómetros de la capital, no tema en preguntar a cualquier mototaxista dónde están las Empanadas Doña Carmelita (ubicada en la calle Albino Zertuche, esquina con Porfirio Díaz), donde le atenderá Carmen Sánchez, quien conserva la sazón de las mujeres de la comunidad, un sabor de más de seis décadas.

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.