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Menos resaca, más natural, más sabrosa... la cerveza artesanal en Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Giovanna Martínez

“No porque no lo conozcas, significa que no existe. Si te gusta la chela, ¡búscale!”, enfatizó el maestro cervecero Rodrigo Olivo.


En la ciudad de Oaxaca existe un lugar donde la cerveza es una religión y se venera a su advocación: la “santísima flor de lúpulo”. Esta cervecería artesanal, elabora desde hace cuatro años la bebida, para los que gustan de nuevas experiencias.


Rodrigo Olivo fusiona sus conocimientos para crear diferentes tipos de cerveza, entre las que destacan la Saison Guayawit, cerveza de trigo con guayaba; la Cream Ale, elaborada con maíz amarillo, y otras de temporada: la Pumpkin Ale, hecha con cacao; la Brewing, la Choco Mint Stout, la Pale Ale y la Black Ipa.
El lúpulo es la piedra angular de la cervecería artesanal, aseguró Rodrigo, ya que ayuda a contrastar los sabores de la malta que son dulces y los preserva por que tiene propiedades antimicrobianas o antipáticas.
 


Santísima flor de lúpulo


El lúpulo es una planta de la familia de las cannabáceas, cuya flor es utilizada en la elaboración de la cerveza. Es la responsable de aportar el amargor y de que la cerveza exprese mejor algunos aromas y sabores propios.


Los cerveceros trabajan con distintos tipos de lúpulo, dependiendo de las características que le quieran dar a sus cervezas. Existen más de 100 variedades de lúpulo. Cada maestro cervecero decidirá qué combinación de lúpulos usará para la elaboración de la bebida y los agregará, cocinándolos por un tiempo determinado.


“Como buen bebedor de cerveza, vinos y espíritus, cualquier cerveza es buena pero si puedes escoger y hay variedad, es el éxtasis para alguien que le gusta la bebida y la gastronomía, entre más variedad mejor, nosotros no nos casamos con nada”, indicó el maestro cervecero Rodrigo Olivo.
 


La preparación


Primero se seca y se tuesta la cebada en una olla grande, se germinan los granos en agua después de molerlos. Logrado eso, se mezcla la cebada con agua caliente, se forma una papilla que debe mantenerse en el fuego por dos horas. Una vez retirada el agua, queda el mosto, un líquido denso y dulce.


Después, el mosto debe hervirse, el tiempo lo elige el cervecero; “yo baso mis gustos en los estándares que rigen la cerveza” dijo. Enseguida, se le agrega, por partes, el lúpulo en formato de pellet para que aromatice y la cerveza adquiera el sabor amargo deseado.


 




Los maestros cerveceros de este espacio. FOTO: Giovanna Martínez

 


Se enfría en un rango de 25 o 30 minutos, pues si rebasa el tiempo, empieza a obtener sabores que no son deseables para el paladar, la parte del enfriamiento se lleva a cabo con con el método de serpentina, que consiste en pasar la cerveza por el interior de unas placas, ya que por un lado entra el líquido caliente y por otro lado pasa frío, para quitarle temperatura.


La mezcla de mosto, lúpulo y levadura va a un recipiente para la fermentación. Esta última convierte los azúcares del mosto en alcohol y gas. El recipiente se tapa con un candado de aire, así sale, pero no entra.
Al líquido le bastará dos semana en un lugar fresco y oscuro para bajar su densidad. Luego será pasado a otro fermentador que deberá ir al frío por otras dos semanas.
 


Resaca: Todo en exceso hace daño


Rodrigo Olivo, aseguró que la cerveza artesanal tomada con moderación nunca te causaría la misma resaca que una cerveza comercial.


Dijo que todas las sustancias que contienen alto grado de alcohol, causan resaca en exceso. “La resaca es una intoxicación de tu cuerpo, cuando tu hígado tiene que metabolizar un chingo de cerveza y de alcohol, tiene un subproducto que intoxica tu cuerpo, por eso al otro día cuando te excedes, te deshidratas, se te inflama las meninges, te sientes como si estuvieras muriendo”.


El organismo de cada persona es diferente, además, influye la alimentación, salud y sobre todo con la cantidad y calidad que se beba.
 


Adoración a la santísima flor


En este espacio se rinde tributo a la cerveza artesanal con una imagen antropomórfica de esta flor, la oración de este dogma dicta...“O santísima flor de lúpulo, nunca te ausentes de la bebida que mantiene a mi espíritu. Protégenos de los malos fermentos, sus resacas e indeseables sabores. Mantennos en el camino del buen beber, guiándonos al otro lado de la cerveza”.


 




La adoración a la flor de lúpulo. FOTO: Giovanna Martínez

 


Rodrigo Olivo junto con sus colaboradores, se han mantenido en el gusto de los bebedores conocedores de cerveza, quienes acuden a Allende 215 en la colonia Centro, a deleitarse con sus creaciones.


En Oaxaca hay 14 productores y sólo tres venden fuera del estado, además, existen 10 bares especializados en cerveza artesanal.

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