El crecimiento de la demanda del mezcal en México y América, tiene un contraste en la producción de su materia prima.
El agave es una planta que crece en el territorio americano y desde hace miles de años, su consumo ha sido de suma importancia en las comunidades mexicanas; un gran ejemplo son las comunidades de Oaxaca.
Dentro de los diversos usos del agave, también conocido como maguey, se encuentran: la producción del ixtle, el pulque, miel y mezcal, entre otros, este último provocando una sobre explotación de diversas especies de agave silvestre.
Por esta razón y por el amor al mezcal, Oralia Ramos Cruz y Max Brobeck han iniciado un proyecto de conservación para resguardar las especies de esta planta.
La primera acción para lograrlo han sido las caminatas por los cerros, de un pueblo a otro, en busca de semillas de espadín, coyote, cuishe, tobalá y tepextate.
Los siguientes pasos han sido desde germinar una semilla hasta trasplantar la planta a su lugar definitivo y esperar a que produzcan su semilla, es la forma de conservar la fuerza de sus genes.
A la par de esta actividad comparten el conocimiento que adquirieron en las diversas comunidades para contribuir a la concientización del consumo de esta materia prima.