Julio César Sánchez García
El pasado seis de enero, en el festival del Día de Reyes, celebrado en el municipio de Santa Lucía del Camino, hicieron su aparición cuatro nuevas barajas de la lucha libre profesional, entre los que destaca El Incógnito Junior.
Este joven esteta inició su carrera en la arena Ray Alcántara, donde en primera instancia le gusto la forma en que eran impartidas las clases y junto con un puñado de pequeños, iniciaron la aventura, sin embargo, los estudios lo hicieron retirarse.
El año pasado, al asistir a una función de lucha libre, la emoción le volvió a hervir en la sangre, por lo que, decidió de nueva cuenta abrazar este deporte y su maestro, el líder de los Mercenarios, Endeavor, lo actualizó en las nuevas llaves, contra llaves, castigos y todo lo relacionado a este deporte.
En entrevista, el gladiador comentó: “me siento bien en este deporte, aunque no muy conforme, porque siempre quiero estar bien preparado para mi público que merece todo mi respeto, por lo que tengo muchas ganas de seguir aprendiendo”.
Recordó que en su debut tuvo la mala fortuna de tener un esguince de primer grado en su rodilla derecha, en los momentos en que recibió un castigo y en la segunda caída cayó mi rodilla, “y me lesioné más todavía, cuando caigo de espaldas, en lo que fue un suplex alemán, pero en estos momentos me siento mucho mejor, por lo que espero que en los próximos días pueda regresar al gimnasio”.
Señaló que depende se su maestro el buscar donde programarlo, para que se siga fogueando más todavía y vaya adquiriendo los conocimientos y la experiencia necesarias, para que ya no sufra este tipo de accidentes.
Consciente y respetuoso de los consejos de su maestro, espera el momento en que empiece a salir a diferentes arenas que existen a lo largo y ancho del país, “no sé que me deparé el destino para continuar con mis estudios y mi carrera luchística”.
En su primera lucha llevó como pareja a Alaquino, “no me imaginaba luchar en un lugar repleto de gente, con gradas llenas, la afición me recibió muy bien, mis colegas en vestidores me comentaron que se escuchó muy bien la lucha, estuvo prendida y se divirtieron”.
Para dedicarse a este deporte cuenta con todo el apoyo de su familia, “apenas voy abrir una página donde estaré colocando fotografías de mis encuentros y se vayan sumando mis fans”.
Como todos los que se dedican al deporte de los costalazos, sus sueños son llegar algún día a presentarse en la arena México o en la Coliseo de la Ciudad de México, consciente de que para ello le falta experiencia y más gimnasio, pero está seguro que algún día lo logrará.
El joven se colocó su casco de motociclista, se ajustó sus guantes y se unió en comunión a su motocicleta, la cual rugió en son de despedida para dirigirse a descansar a casa, ya que mañana será día de entrenamiento.
