Se va Padilla entre cuentos
CIUDAD DE MÉXICO.- La primera en llegar al panteón fue una lluvia pertinaz salpicada de granizo. Después, poco a poco, fueron llegando los deudos del escritor Ignacio Padilla.
Bajo un techo cercano a las rejas del Panteón Francés, un grupo de profesores de la Universidad Iberoamericana, donde el autor impartía clases, conversaba sin ánimo. "Los alumnos están desechos", dijo una de ellas, mirando fijo la cortina de agua y los pedacitos de hielo que rebotaban contra el piso.