La exposición retrospectiva “Guidxilayú/Nundehui, Paraíso” presenta desde hace unos días en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), 20 obras originales, realizadas entre 1968 y 2022, así como 30 piezas históricas de la colección personal del artista Shinzaburo Takeda, como las de la artista rusa Angelina Beloff, primera esposa de Diego Rivera, del francés Jean Charlot, del cubano Alfredo Sosa Bravo y de la guatemalteca Rina Lazo.
Takeda exhibe, entre las piezas de su colección, obras de dos de sus discípulos fallecidos: Alejandro Santiago y Francisco López Monterrosa. A través de un comunicado, el director del IAGO, Hazam Jara, apunta: “nos parece relevante la propuesta que hace el maestro Takeda, de incluir parte de su colección; el archivo de gráfica que nos comparte dialoga con su creación y te permite indagar sobre sus influencias personales”.
El escritor Jorge Pech Casanova, en el texto de presentación de la muestra, señala: “Takeda nos comunica mediante su dibujo -a un tiempo liviano cuanto prolijo- no sólo apariencias, sino el trasfondo esotérico del mundo al cual dirige su escrutinio chamánico, aprendido pacientemente en recónditas comarcas indígenas. El viaje de este creador japonés a México no sólo implicó un tránsito material, sino una inusitada traslación espiritual que lo habilita para sumergirse en lo profundo de una realidad inadvertida hasta para muchos que nacimos en estos parajes”.
Agrega: “en la paciente observación y recreación estética de Shinzaburo Takeda recobramos el paraíso que está aguardándonos en cada alma y cada esencia afincadas en Oaxaca. El artista llegado hace medio siglo a estas tierras evoca mediante sus trazos y colores el alma, no sólo de las personas y los animales, sino de las cosas. Nos señala el camino para habitar el mundo en tiempos de penuria con la vuelta al paraíso, o al menos para anhelar el retorno a ese ámbito edénico cuya presencia se torna incitación e invocación en cada una de sus obras”.
La exposición retrospectiva en la que el artista japonés comparte 20 de sus obras originales y 30 piezas históricas de su colección personal, se puede visitar en estos días y hasta el 20 de febrero en la galería del IAGO.
Conócelo
Shinzaburo Takeda, nacido en 1935 en Seto, Japón, ha realizado una prolífica carrera como pintor y grabador en la Ciudad de México y Oaxaca desde 1968, además de ser profesor decano de la Facultad de Artes Plásticas y Visuales de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, a la cual ingresó como docente en 1974.
Sobre esta exposición en el IAGO, el grabador japonés expresa entusiasmo, “porque ésta es la institución que representa uno de los mejores legados de Francisco Toledo a Oaxaca. Un espacio que mantiene sus exigencias artísticas y su respaldo al arte más significativo que emana de estas tierras”, comentó.
Además de haber realizado múltiples exposiciones pictóricas en Japón, México, Estados Unidos y otros países, Takeda es reconocido coleccionista de arte gráfico del mundo. Por ello, la muestra retrospectiva organizada por el IAGO incluye veinte dibujos y grabados de la autoría de Takeda realizados entre 1968 y 2022, además de treinta obras gráficas de la colección del pintor que incluyen piezas históricas del francés Honorato Daumier, de los japoneses Katsushika Hokusai y Tamiji Kitagawa, además de los mexicanos Manuel Manilla, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Leopoldo Méndez, Miguel Covarrubias, Rivera, Siqueiros, Méndez, Manuel Echauri, Delfino García, Lorenzo Guerrero, Jesús Ortiz Tajonar, Ángel Zamarripa y Arturo García Bustos.
Esta muestra incluye obras de la artista rusa Angelina Beloff, primera esposa de Diego Rivera; del francés Jean Charlot, del cubano Alfredo Sosa Bravo y de la guatemalteca Rina Lazo.
La muestra retrospectiva organizada por el IAGO incluye dibujos y grabados de la autoría de Takeda realizados entre 1968 y 2022.
¿Cuándo y dónde?
En curso, hasta el 20 de febrero, de 9:00 a 20:00 horas, de miércoles a lunes, en el IAGO, Macedonio Alcalá 507, Centro, Oaxaca de Juárez.
“Takeda nos comunica mediante su dibujo no sólo apariencias, sino el trasfondo esotérico del mundo al cual dirige su escrutinio chamánico, aprendido pacientemente en recónditas comarcas indígenas”. Jorge Pech Casanova, escritor
