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Miscelánea: Pancho Villa invade Estados Unidos

Foto(s): Cortesía
Redacción

Por Leonardo Pino

En las primeras horas del 9 de marzo, la tropa guerrillera del general Pancho Villa estaba situada en la frontera norte, muy cerca de Columbus, Nuevo México, Estados Unidos. La fuerza irregular del Centauro del Norte habría de invadir los Estados Unidos, por primera y última vez por parte de un ejército de este continente. Antes lo habían hecho los británicos en el año 1812.

Justo ese día, se cumplían setenta y siete años del fin de la primera intervención francesa, la de los pasteles, a nuestro país.

Los 589 hombres, amparados en las sombras, atacaron el poblado de Columbus, y el campamento militar, hoy convertido en el Pancho Villa State Park.

¿Cuáles fueron las razones por las que el general Villa, uno de los protagonistas de la Tercera Transformación de la vida política del país, invadiera territorio estadounidense?

Existen varias interpretaciones al respecto, aunque, quizá, ninguna de ella acierte en explicar la decisión que tomó Francisco Villa. La más segura es la sospecha de Villa acerca de la complicidad de Carranza con el gobierno de Estados Unidos, al que pretendía entregar parte del territorio nacional. Otra, de índole personal, era tomar venganza contra Sam Ravel, un comerciante y contrabandista que vivía en Columbus y que había timado al general mexicano en una transacción de armas.

Un hecho sangriento ocurrido días antes en El Paso, también pudo haber despertado el ánimo de venganza en el guerrillero norteño para la invasión: veinte mexicanos, a quienes se intentaba despiojar con kerosene, sufrieron una muerte terrible a causa de las llamas.

A lo anterior, también deben sumarse los ataques y conquistas de territorios nacionales por parte de Estados Unidos: en el año 1836, Texas fue anexada a Estados Unidos; en la guerra de rapiña de 1846-1848, nos arrebató Nuevo México, Arizona, Nevada, Utah, California y parte de otros Estados; en 1853 se quedó con La Mesilla. Además, estaba latente la indignación por el reciente “Acuerdo de la Embajada”, donde, con la participación directa del embajador Henry Lane Wilson, Huerta y Félix Díaz, acordaron el derrocamiento del presidente Madero y su posterior asesinato, junto al vice, José María Pino Suárez.

Como respuesta al inesperado ataque villista, Estados Unidos ofreció una recompensa de cinco mil dólares por Francisco Villa, vivo o muerto, y envió una expedición punitiva, de cuatro mil ochocientos soldados, que en un momento alcanzaron a ser doce mil, al mando del general John J. Pershing, apodado Black Jack (Gato negro).

Con la autorización del gobierno carrancista, los invasores entraron por Palomas, Chihuahua, cantando “Oh, Susana”, seguros de alcanzar un rápido triunfo. Transcurridas algunas semanas, el New York Herald mintió en primera plana: ¡Villa ha muerto, Viva Pershing!

Por su parte, el jefe mexicano, declaró al  New York World, que sacará a los de la Punitiva de México y que una vez que se hayan ido derrotados, hará una zanja entre los dos países “tan ancha y profunda que ningún americano podrá jamás venir a robar tierra mexicana, oro o petróleo”.

Once meses después de su osadía, en enero de 1917, los invasores recibieron la orden de regresar a su país. Villa, comentó burlón: “los que entraron como águilas se retiraron como gallinas mojadas”.

Como dice el corrido: ¿Qué pensarían esos americanos? / Que combatir era un baile de carquís? / Con su cara llena de vergüenza / se regresaron otra vez a su país”.

EXLIBRIS

Fragmento del capítulo 52, Columbus,

de Pancho Villa, una biografía narrativa

Paco Ignacio Taibo II

La historia es juguetona. Este chapucero ataque debería contarse entre las más mediocres acciones militares de Villa. Mal organizado y peor ejecutado, sin que los atacantes tuvieran una mínima idea del tamaño de la guarnición que iban a combatir, sin saber si el sujeto de sus furias estaba en la ciudad, sin dinamita para volar las cajas fuertes, pasaría a la historia. Así como pasaría a la historia una de las más mediocres acciones del ejército estadounidense, irresponsable en sus labores de inteligencia previas, carente de vigilancia a pesar de las múltiples advertencias, sin mandos en el momento del combate. Aunque para el autor y para el lector que ha seguido la secuencia de los acontecimientos podría parecer obvio por qué Villa atacó Columbus, el tema ha sido y sigue siendo motivo de un intenso debate académico que de vez en cuando tiene elementos esotéricos. Villa quería golpear a los estadounidenses, estaba convencido desde el regreso de Sonora de que los yanquis se la habían jugado. Lo había anunciado claramente: la intentona de ir hacia los Tres Ríos, las habladas de que iba a atacar El Paso, la acción de Santa Isabel, así lo indican. Era para él una justificada venganza, y las negativas de Sam Ravel a cubrir sus deudas le dio una razón más. El ataque estuvo pensado como una incursión y, si de pasada se conseguía dinero y municiones y se traía la cabeza de Ravel para México, tanto mejor. El autor no cree que hubiera ningún cálculo de provocar una intervención extranjera en México que desenmascarara a Carranza. Katz así lo pensará: “Lo que Villa quería y finalmente consiguió, fue una intervención estadounidense limitada”. El narrador no acaba de creérselo, pero tampoco de excluirlo. Villa, contra lo que algunos de sus más simplistas biógrafos creen, pensaba en más de un nivel.

(Tomado de Paco Ignacio Taibo II, Pancho Villa, una biografía narrativa, editorial Planeta, 2006).

MEMENTO

9 marzo de 1839: Finaliza la Guerra de los Pasteles, primera intervención francesa.

9 marzo de 1916: Fuerzas villistas atacan la población estadounidense de Columbus, Nuevo México.

10 marzo de 1881: Muere el educador Gabino Barreda. Introdujo el método científico a la enseñanza y trabajó para que la educación fuera para todos, sin importar la clase social.

10 de marzo 1976: Muere en la Ciudad de México Daniel Cosío Villegas, ensayista e historiador, fundador del Fondo de Cultura Económica y de El Colegio de México.

11 marzo de 1854: En Acapulco, Ignacio Comonfort se adhiere al Plan de Ayutla y lo reforma.

11 marzo de 1911: Emiliano Zapata se levanta en armas en apoyo al Plan de San Luis. Inicia su participación en la Revolución Mexicana.

13 marzo de 1325: Al terminar su peregrinación, los mexicas inician la construcción de lo que sería la Gran Tenochtitlán.

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