El mundo de Valeria es color de rosa, es puro, en él ya no existen las preocupaciones, o miedos. Sus días están rodeados por hermosos recuerdos y por sus juguetes preferidos.
Mientras su padre descansa a un costado de la tumba, imagina que la niña goza de su visita, que juega en su casa de muñecas, pasea alrededor de él y disfruta de la música que ha puesto, como cuando ella estaba con vida.
El juego padre e hija se complementa con la canción de de Jhon Lennon, Imagine (Imagina), que en su versión en español dice: “Imagina que no hay cielo, es fácil si lo intentas. Sin infierno bajo nosotros, encima de nosotros, solo el cielo”.
Diego Suárez, el padre, está solo con ella, compartiendo el día y la noche, como tantas veces lo hicieron antes que la leucemia le arrebatara de sus brazos a su pequeña de ocho años.
La pérdida es reciente, hace penas dos años aún estaban juntos y superar la ausencia “¡cuesta y cuesta mucho!”, sostiene el hombre quien desde la mañana del 31 de octubre llegó al lugar donde descansa su hija y la acompaña cada día durante la celebración de Fieles Difuntos.
Él llega desde las 10:00 horas y se va hasta que cierran el panteón.
“Ella vino a disfrutar lo bonito de la vida. No conoció el desamor, una mala amistad, nada de aquello de lo que a veces nos quejamos cuando crecemos”, apunta Diego.
“Uno no puede esperarse estas cosas [la muerte de un hijo], no se está preparado para algo así”, agrega el padre, quien detalla que la niña luchó un año por su vida.
Nicho de color
En el panteón general San Miguel resalta una sepultura. Un mausoleo se convirtió en una pequeña casa de muñecas que rompe con el aspecto monocromático del lugar.
Una casa blanca, con mariposas de colores y detalles en rosa, rojo y verde limón dan cuenta de la personas especial que ahí descansa.
Pero su interior es aún más especial, sus muñecas tipo Barbie, Bratz y Monster High, sus favoritas en vida, son parte de la ofrenda de la que disfruta todos los días la pequeña Valeria. Las flores y veladoras fueron también sustituidas por un carro, avión y barco convertible de muñecas.
Más que un sepulcro, es la habitación de la niña, de quien también se encuentra una foto.
Este espacio no puede ser ignorado, adultos y niños visitan el lugar sorprendidos por la particularidad de la tumba, situación que se convirtió normal para el padre.
El olvido
A diferencia de la pequeña, decenas de tumbas donde descansan otros niños en el panteón general, el olvido deja huella en sus lápidas.
Con los cuidados mínimos, sin flores y en otros casos sin nada que deje precedente de la visita de un familiar, se encuentran las sepulturas.
Se van los angelitos
Ayer se despidieron a los niños "angelitos"
Este 2 de noviembre el panteón estará abierto hasta las 00:00 horas
Éste día se despide a todos los difuntos
