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Nava quiere podio

Foto(s): Cortesía
Redacción

Cuando a los 21 años una doctora sentenció a Horacio Nava sobre la gravedad de un problema en el corazón, el mundo del marchista se derrumbó, e incluso hubo varios que lo incitaron al retiro.


El shock fue inevitable, el fatalismo se apoderó de su mente, pues además, en ese momento veía cercana la oportunidad de competir en los Juegos Olímpicos de Beijing.


La experiencia lo marcó de por vida, pues Horacio tomó la decisión más difícil y optó por entrar al quirófano, pese a lo serio que ello resultaba.


Su mente y corazón no le fallaron, y después de la compleja travesía logró recuperarse para no soltar más la marcha. Hoy, el oriundo de Chihuahua levanta la mano en sus terceros Juegos Olímpicos..

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