CIUDAD DE MÉXICO.- A 439 días del inicio de la pandemia de Covid-19, el Washington Square Park de Nueva York amanecerá el 23 de mayo sembrado de un bien que, hace apenas unos meses, parecía escaso: esperanza.
Como uno de los epicentros de la enfermedad a nivel global, la ciudad comienza a recuperar su ritmo de vida con la vacunación acelerada para residentes y turistas, hecho que será conmemorado por la nueva instalación y performance del mexicano Bosco Sodi.
Desde las 08:00 horas de este domingo, los viandantes que atraviesen el parque, con su emblemático arco y la cercanía con la Universidad de Nueva York, podrán toparse con 439 esferas de barro gris oaxaqueño hechas a mano por el artista.
Una por cada día de zozobra y dolor a causa de la pandemia, las esferas contienen una semilla de maíz y podrán ser llevadas por los visitantes para poder sembrar algo de esperanza, también, en casa.
"Quería hacer una metáfora de cómo hay un nuevo inicio, cómo la vida siempre prevalece", resume Sodi en entrevista.
"A la vez, cada una de las esferas es un homenaje a toda la gente que trabajó duro para tratar de sacarnos de esta pandemia, a toda la gente que, por desgracia, falleció. Que esto sea un homenaje a la vida y también enseñar que, al final, se sale siempre de los problemas y que hay nuevas oportunidades de reconsiderar, que es algo que ha pasado mucho con la gente durante la pandemia".
La instalación se llama, por ello, Tabula rasa, como una forma de plantear que, después de la desolación, existe la posibilidad de empezar de nuevo, como en una pizarra en blanco.
"Yo creo que ha sido terrible para todos, pero hay que empezar a cambiar el chip y darnos cuenta de que ya vamos de salida, analizar todo lo que sucedió y ver de qué manera podemos cambiar para que no vuelva a suceder y para tener un planeta mejor y ser mejores seres humanos, mejores amigos, mejores familiares", abunda.
Este happening artístico retoma el terreno ya explorado por Sodi en ese mismo sitio, en 2017, cuando construyó un muro efímero en el Washington Square Park, también de barro oaxaqueño, que fue simbólicamente derribado por los visitantes, quienes pudieron llevarse cada ladrillo a casa.
Pensado como un señalamiento político para denunciar la retórica xenófoba del entonces presidente Donald Trump y su muro fronterizo, el performance mostró una riqueza de significados insospechada.
La idea de la nueva instalación nació en su estudio de Casa Wabi, en Puerto Escondido, Oaxaca, mientras trabajaba en la hechura de pequeñas esferas de barro gris y, por descuido, a una le cayó en su interior una semilla de maíz. Poco después, Sodi contempló impresionado como una planta germinó a través del material.
"Fue algo que me gustó mucho porque me parece una metáfora de cómo independientemente de que uno forje algo, de que uno se apropie de un material, siempre al final la naturaleza y la vida prevalece y halla su camino", cuenta.
Para recrear esta metáfora en Tabula rasa, llevó a su casa a las afueras de Nueva York 30 costales de barro de Oaxaca, con alrededor de 30 kilos cada uno.
Tan sólo usando las manos, Sodi da forma a las esferas, espera a que se sequen un poco y luego hace un hoyo para introducir la semilla, que después cubre con un poco más de barro.
Para el creador, cuyas esculturas con arcilla se han vuelto ya una insignia de su trabajo, este material representa una vuelta al origen de la humanidad.
"Me gusta mucho la parte maleable del barro, esta parte energética, natural; esta parte también impredecible del barro, que por mucho que lo trabajes siempre hay accidentes y variantes, no sólo cuando lo haces, sino también cuando lo quemas", apunta.
Este 23 de mayo, los viandantes que transiten por el Washington Square Park podrán admirar la instalación de 8:00 a 13:00 horas y después podrán formarse con la esfera que hayan recogido para recibir una bolsa con instrucciones para su plantación y un certificado de participación en el happening y unas semillas adicionales de calabaza y frijol.
Este año, además, Sodi ya prepara exposiciones individuales en el Dallas Museum of Art y en el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de South Florida, en Tampa, así como una exhibición en Amberes, Bélgica, con la galería Axel Vervoordt, además de haber firmado recientemente con la galería Cardi de Italia.
Mientras tanto, en un Nueva York que comienza a ver la luz al final del túnel, dejará plantadas en 439 hogares las semillas de la esperanza.
