CIUDAD DE MÉXICO.- Visto desde adentro, desde la calle o las portadas de los diarios, el México del dramaturgo Edgar Chías no difiere en muchas cosas de la sangrienta Dinamarca que encierra al joven príncipe Hamlet.
"Esto no es Dinamarca, pero se parece", afirma en entrevista. "Es una tierra sembrada de muertos por razones infames, sobre todo políticas, que es lo que pasa en la tragedia shakespeareana".
Como parte de la residencia de la compañía Ocho Metros Cúbicos en el Museo del Chopo, mañana se estrena la obra Esto no es Dinamarca, una intervención del dramaturgo al clásico de William Shakespeare.
"Tomé la obra como un pretexto para hablar, de forma directa, de ciertos problemas que yo percibo como alguien que vive en la Ciudad de México, alguien que vive en este País dolorido", explica el autor, quien recientemente obtuvo el Premio de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón por trayectoria.
Para Chías, los gobernantes actuales quieren hacer creer al mundo que México se parece más a la Dinamarca actual -la impoluta, la de la seguridad social-, y no a la de Hamlet. Pone como ejemplo los 47.4 millones de dólares que la Secretaría de Turismo pagó al Cirque du Soleil para promover la imagen del País, lo cual encuentra esquizofrénico.
En Esto no es Dinamarca, el escritor pone el acento en el papel de la juventud en toda la vorágine de violencia y corrupción. Para estos efectos, los jóvenes Hamlet, Ofelia y Laertes son un reflejo de los actuales.
"Hamlet, tal como lo dibujo en la obra, es un muchacho medio abúlico, medio desubicado que prefiere la vida acomodada a la participación ciudadana", cuenta.
Laertes aquí es un transgénero que tiene que lidiar con la hipocresía de una sociedad que lo acepta en el papel pero no en los actos. Los jóvenes, a su vez, son confrontados por los fantasmas.
"Quiero pensar que no es una obra regañona", advierte. "Es una obra que plantea el horizonte, que se hace preguntas y que, en algunos momentos, aparece el humor, el humor desde una perspectiva crítica".
El montaje será llevado a escena por el "director estrella" de la compañía, David Jiménez Sánchez, quien proyectó para el mismo números musicales.
"Jiménez es actualmente un director de musicales alternativos", bromea Chías.
La compañía Ocho Metros Cúbicos tiene entre sus filas a jóvenes, pero ya importantes dramaturgos, actores y directores.
En la puesta en escena, que sigue mayormente la historia de Shakespeare, también convoca a otros personajes del inglés, como las tres brujas de Macbeth, y también a algunos ajenos, como al Raskólnikov de Crimen y castigo.
"Se van a encontrar que es una historia de jóvenes confundidos y fantasmas... y un montón de muertos tirados en el camino", promete Chías.
