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Cae el atardecer para el rebozo de Betaza

Foto(s): Cortesía
Redacción

SAN MELCHOR BETAZA, Villa Alta, Oaxaca.-Cubierta por su impecable y blanca indumentaria como la neblina que, cada amanecer, cubre su pequeña casa de adobe con piso de tierra en la cima de una montaña, y mientras sus manos inquietas deshilan la tela dril para dar forma a un nuevo rebozo, Juanita Sánchez Nazario observa sobre el verdinegro paisaje de su pueblo el atardecer y la llegada inevitable de la noche.


Es el momento de descansar para emprender con energía un nuevo día en las frías montañas de este municipio de mil 200 habitantes.


A sus 78 años de edad,  Juanita Sánchez Nazario, zapoteca y monolingüe, es la única y última mujer de la tercera edad que en su natal Betaza sigue elaborando rebozos con las técnicas antiguas que le heredaron abuela y tías.


Claro, no con la misma rapidez y lucidez que lo hacia hace medio Siglo, dice su hijo Gregorio Eustaquio Sánchez, de 57 años.


Don Goyo traduce al español el zapoteco que en voz baja pronuncia su madre, y explica: "dice que la elaboración artesanal del rebozo de Betaza se está perdiendo y que las mujeres jóvenes del pueblo se avergüenzan de lucir nuestra ropa típica".


 



 


Aun sin el auxilio de lentes, y apoyada en una pequeña mesa de madera, Juanita,  moviendo sus dedos con magistral rapidez, da forma, poco a poco, a su obra próxima a culminar. A través de su hijo, aclara: elaborar un rebozo es cansando y requiere de mucha paciencia.


El deshilado y el trenzado del dril, hasta la culminación de un rebozo, tarda dos meses. Hay rebozos que me encargan con bordado incluido. Esto último, a base de hilos de colores, se hace en un día, pero debe ser estético para que guste a las clientes que normalmente vienen de la ciudad de Oaxaca.


Le pagan entre mil y mil 500 pesos por una rebozo de dril, y bordados agregados, pero a cambio de sesenta días de cansancio, pero dice que lo hace con gusto, porque sus rebozos fortalecen la nuestra identidad como indígenas, abunda don Goyo, al traducir el zapoteco de su madre.


 



 


Juanita Sánchez Nazario, revela a NOTICIAS, que todos los días se levanta a las cinco de las cinco de la mañana y se duerme a las nueve de la noche. Católica como sus antepasados, antes, acude a su altar para orar.


Pequeñas esculturas e imágenes religiosas, desde la Virgen de Juquila, la Guadalupana, San Antonio, hasta el Señor de San Pablo Guilá, integran su altar. Al centro un vaso con agua, que asegura es para los espíritus que me visitan y vienen sedientos. El aroma agradable emana de las flores naturales.


 



 


Doy gracias a Dios por permitirnos iniciar un nuevo día, y siempre ruego por el eterno descanso de mi madre Rufina Nazario Montalvo. No tuve la fortuna de conocerla. Me habría gustado dormir en sus brazos o de niña, escuchar sus consejos. Mi madre murió cuando nací.


En la traducción del zapoteco de su madre, Gregorio Estaquio Sánchez, agrega que a sus 78 años de edad, Juanita aún no piensa en la muerte, pero está consiente que llegará ese momento  y cuando eso suceda, nadie mas elaborará el rebozo original de Betaza.


 



 


La "loma de aire"


El nombre “Betaza” es zapoteco y significa “loma de aire.” Se descifra: Bee - aire y Taza - loma; así como también en honor a San Melchor, quien es el patrono del pueblo. Su poblamiento inició en 1521 cuando algunas familias zapotecas llegaron para formar sus ranchos.El municipio se estableció oficialmente en 1794.


DISTANCIAS


San Ildefonso Villa Alta-Ciudad de Oaxaca: 162 kilómetros


San  Melchor Betaza-Oaxaca de Juárez: 136 kilómetros


Diaz Ordaz-San Melchor Betaza: 102 kilómetros


Villa Alta-Diaz Ordaz: 137 kilómetros

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