El sábado por la tarde, después de una semana un poco atropellada, me dispuse regresar a casa y olvidarme del mundo por lo menos unos instantes. Al llegar encendí el televisor que transmitía en ese momento una película de "Rocky".
La primera escena me capturó; era el personaje ya viejo discutiendo con el comité de boxeo, quien le negaba la licencia para pelear; al final consigue convencerlos.
Recordé la historia del actor (Sylvester Stallone), principalmente su tenacidad. Antes de "Rocky", se quedó sin empleo y sin mujer; también se vio obligado a vender su perro amado, pues ya no podía brindarle los cuidados por falta de dinero.
Escribió el guion de "Rocky" y cuando al fin logró venderlo a bajo costo, pidió ser el actor; los productores aceptaron porque prácticamente cobró nada; en ese momento no imaginaba el éxito que tendría.
Lo que hizo con su primer sueldo fue recuperar su perro. Pagó mucho, más de la cantidad en la que lo vendió.
En una escena, su hijo le reclama que ha tenido que enfrentar su fama y llevar sobre los hombros el apellido Balboa, pero cuando al fin siente que está logrando las cosas por sí mismo, vuelve Rocky a capturar la atención, con el riesgo de ser, como en su niñez, el hazmerreír.
El boxeador le hace entonces un llamado amoroso a su hijo: “Te diré algo que ya sabes. En el mundo no todo es color de rosa, es un lugar mezquino y feo y por más fuerte que seas, la vida te pondrá de rodillas y no te dejará levantar si es que la dejas. Ni tú, ni yo, ni nadie golpea tan fuerte como la vida. Pero lo importante no son los golpes que das, sino lo que eres capaz de soportar sin bajar los brazos; cuánto eres capaz de resistir sin tirar la toalla. Así es como se gana. Si sabes cuánto vales, exige lo que te mereces. Aguanta los golpes y no comiences a señalar ni a él, ni a ella, ni a nadie porque no estás donde quieres estar. Los cobardes hacen eso y tú no eres un cobarde, tú eres mejor que eso”.
"Rocky" es de las películas que marcó la historia del cine; vale la pena sentarse a disfrutar de ella en compañía de quien más quieras, es más que la historia de un boxeador.
