Alejandro José Ortiz Sampablo
A lo largo de la vida, al menos por alguna ocasión, ¿quién no ha tenido la experiencia de sentirse derrotado? Un momento donde las circunstancias hayan sido tan adversas que pensamos que no lograríamos volver a levantarnos. Lo cierto es que no hay ser humano que no pase por una situación así, al menos una vez.
Hace un par de años me hicieron llegar un video, era sobre la historia de Jackie Chan. Narra cómo el actor, quien nació en Hong Kong en el año de 1954, desde muy pequeño, con su espíritu indomable, venció los retos que la vida le presentó.
De niño lo llamaban Pao Pao, que significa "bola de cañón", por lo tremendamente inquieto. Se dice que sus padres intentaron venderlo a un médico británico por 26 dólares. A los 7 años ingresó a la ópera china, donde las jornadas duraban 19 horas y la disciplina era férrea. Ahí aprendió Kung-fu, karate y gimnasia acrobática. De joven fue doble en las películas de Bruce Lee; a la muerte de éste, Jackie grabó algunas películas que lo llevaron al fracaso y a retirarse para trabajar como obrero en Australia, hasta que un día, decidió relanzar su sueño. Reinventó el cine de artes marciales dándole un toque cómico a las escenas de acción, siendo él mismo quien realizaba las acrobacias de alto riesgo, lo que lo llevó a fracturarse una infinidad de ocasiones. Jackie Chan es un sujeto que supo darle un giro a la vida, que no se rindió y se propuso vencer las adversidades.
"Cada cabeza es un mundo" he escuchado decir, pero lo cierto es que cada individuo adopta una disposición ante lo que le acontece y ante el mundo. Jackie Chan supo salir triunfante ante los fracasos y frustraciones hasta convertirse en lo que hoy conocemos. Su inspiradora historia nos cuenta que con perseverancia, trabajo y una disposición a volver a levantarse ante las desilusiones, todo es posible.
Nunca es demasiado tarde para replantearse la disposición que adoptamos ante las adversidades. Si sientes que por más que intentas no logras resolver las adversidades, hazte escuchar por un psicoanalista.
Llama a los teléfonos 951 244 70 06 / 951 132 85 34, un psicoanalista te responderá.
