Antía Alfonso
Arcángel es un campesino que viaja a la ciudad desde lejos. Está perdiendo la vista y necesita encontrar un hogar para la mujer de 90 años que lo acompaña. Sin embargo, esta no es una tarea fácil, pues no la aceptan en ningún asilo debido a que evidentemente no puede valerse por ella misma. Tras una serie de decepciones, Arcángel debe tomar una decisión qué cambiará no solo la vida de su compañera, también su propio corazón.
La actriz y directora de cine Ángeles Cruz, proveniente de la Mixteca, retrata en su cortometraje Arcángel (2018) las dificultades que ella misma vivió para conseguir un sitio para Patrocinia, quien estelariza este trabajo y ha formado parte de sus dos cortos previos.
Además de su edad, su condición de mujer indígena fue una gran traba para que la recibieran en los asilos a los que la cineasta acudía. Su historia no es aislada, es un reflejo de la realidad que viven muchos adultos mayores no solamente en el Estado de Oaxaca sino en todo el país: un abandono condicionado por las capacidades de trabajo y de movimiento.
La soledad que envuelve a los protagonistas contrasta brutalmente con el caos de la ciudad en la que se encuentran, una urbe a la que ninguno de los dos pertenece pero que ven como su única esperanza. Arcángel está consciente de que la anciana depende totalmente de él, lo cual le confiere a la situación una angustia terrible que al mismo tiempo resulta tristemente familiar en un México incapaz de garantizar dignidad en cualquier etapa de la vida, pero especialmente en una vejez que nos aguarda paciente a todos.
