Fausta Ibáñez Ríos
Muchas veces las personas tenemos una fuerte tendencia a criticar a los otros en sus actividades o trabajos que realizan; incluso se les llega a descalificar, esto se realiza ya sea confiados en las propias habilidades y conocimientos como si uno fuera la medida, en la certeza de cómo deberían o tendrían que hacerse las cosas; aunque también, estas críticas se llevan a cabo desde el nulo conocimiento de lo que la otra persona realiza, o desde la propia inactividad.
Lógicamente esto se realiza sin tomar en cuenta todo lo que le significa a la persona a quien se critica, la realización de sus objetivos, así como las circunstancias y conflictos que entran en juego antes y durante el trayecto en la realización de sus objetivos.
Estos últimos meses, el teatro me ha llevado a vivir una experiencia exquisita y muy enriquecedora, llena de reflexiones como de experiencias inéditas, a vivir en carne propia estar en medio de estos dos bandos, tanto del que critica, como del que es criticado.
Con la experiencia del Psicoanálisis en mi vida, pude darme el lujo de observarlo con claridad, tanto con esa complacencia y preocupación de observar las fallas de otros, como la de apreciar ese dolor que provoca, que el otro golpee el narciso a cada momento -ese orgullo propio que nunca falta-, cuando indica de manera severa el cómo y lo que hay que hacer. Me refiero a la directora de la obra, que sin su actuar, la obra no se realizaría.
La lucha entre mi cuerpo y mi espíritu estuvieron en debate durante mis ensayos para la obra de teatro "Anda Suelto Lucifer", que presentamos en el zócalo de nuestra capital este 20 de diciembre, ganando finalmente mi espíritu obstinado.
Lo que me gustaría resaltar es que al igual de lo que sucede en el teatro, lo podemos aplicar en la vida cotidiana; sin embargo, muchas veces nos oponemos y hacemos caso omiso a quien nos quiere llevar hacia el camino de cumplir nuestras metas.
Agradezco a la vida, a mi querido colega y maestro Alejandro Ortiz Sampablo por creer en mí y a la Dirección de la maestra Eva Luna, el inicio de esa nueva etapa en mi vida.
