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CONSULTORIO DEL ALMA: CUENTA CONMIGO; Tardes de charlas psicoanalíticas

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Foto(s): Cortesía
Redacción

Daniela Clarisa Concha León

 

Este viernes, en "La hora del deseo"

El anhelo de ser princesa

 

Son vastos los casos de cuentos infantiles hechos película, mismos que hablan sobre las fantasías de las mujeres, las cuales parecen tener origen en la infancia. El deseo que sostiene dichas fantasías logra traspasar tiempo y circunstancias.

El deseo

Es importante resaltar que, cuando aludimos al deseo en la teoría psicoanalítica, no nos referimos a lo que en la voz popular se entiende como tal, sino a lo que Sigmund Freud forjó en la sección C del capítulo siete de “La interpretación de los sueños”. Ahí se expone en palabras sencillas, que el deseo es una moción que intenta restablecer la situación de la satisfacción primera, que opera en la premisa fundamental, el aparato anímico.

Muchas de esas fantasías plasmadas en el séptimo arte, hoy son fuertemente cuestionadas por algunos sectores de la población, pues atribuyen a las grandes cadenas de entretenimiento la responsabilidad de reforzar, o incluso de haber creado, ideales que a la postre llevaron a la población a adoptar ciertos estándares de belleza y de comportamiento, siendo las mujeres quienes han recibido las mayores consecuencias de ello.

La garantía para el fracaso en el amor

Una de esas cadenas de entretenimiento es la famosa productora de películas estadounidense, Disney Company, fundada hace más de cien años. Sus películas más conocidas giran en torno a chicas bellas, puras e inocentes, a las que todos reconocemos con el nombre genérico de princesas —aunque no lo sean— cuyo contexto devastador las orilla a vivir una serie de eventos desafortunados, de los cuales, estando al filo de la desgracia, son salvadas por un galante caballero de belleza semejante a la de la princesa, quien no sólo arriesga su vida por ella,  sino que también queda totalmente enamorado obteniendo un clásico, pero anhelado “vivieron felices por siempre”.

Al paso de los años con “la globalización” —que es un proceso de integración a escala planetaria en los ámbitos económico, político, tecnológico, social y cultural—, los estándares de belleza y de comportamiento alcanzaron en la psique de las personas un lugar de mandato, que no respetó raza, cultura o religión; es decir, todo aquello que nos hace distinguibles a unos de otros.

Con esto se sembró en las generaciones que recibieron dicho discurso las desilusiones, no sólo de no cumplir tales estándares en la propia persona, sino que tampoco en el amor, pues se creó una constante: “el otro no cumple mis expectativas pero, a la vez, yo tampoco soy suficiente”. ¿Por qué tales discursos tomaron fuerza y eco generacional dentro del sector femenino?

Quienes tengamos oportunidad de platicar con nuestras abuelas, nos percataremos de que el sentirse insuficiente y de que el otro no cumpla con nuestras expectativas no es asunto generacional; al parecer, las mujeres de antes adolecían de lo mismo, entonces podemos suponer que ni Disney, ni la globalización, son las responsables de nuestro sentir. La explicación de esos fenómenos se encuentra en el mundo enigmático y poco explorado por la ciencia, de lo femenino en la mujer.

¿Quieres saber más? Asiste a la charla psicoanalítica el viernes 26 de abril a las seis de la tarde, en las instalaciones del Instituto de Estudios e Investigación Psicoanalítica A.C.-INEIP. Pide informes a los teléfonos 951 507 5550 / 951 132 85 34 y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.!

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