Jesús Antonio Martínez Carrasco
La piedra en el zapato
La comodidad nos atonta. Acepta la incomodidad,
esa que te permite saber que estás vivo.
Anónimo
El pasado domingo 21 de enero me levanté a las 5 de la mañana para hacer la rutina de todos los días: un poco de ejercicio, bañarme, desayunar e ir al trabajo, hábitos que hacen que el día se consuma en su totalidad y que con frecuencia realizamos de manera automática. Lo anterior nos sumerge en estados afectivos donde cada día que transcurre se pierde algo de nuestra subjetividad, pues no hay un distingo entre la rutina de uno con la de otro congénere. En este tránsito solemos perder el rumbo y, en muchos casos, nuestros anhelos. Sin embargo, esa mañana fue distinta, porque un dolor en la parte baja de la espalda me impediría continuar con la monotonía.
Las razones del dolor
Al inicio, el dolor no me permitió salir de casa, sólo me puse a dar vueltas y vueltas en el comedor, como león enjaulado, sin saber qué hacer. Era intenso, irradiaba de la espalda a los intestinos. A la hora del desayuno, la molestia había cedido un poco, por lo que decidí salir, pero a escasos minutos las náuseas y el vómito me imposibilitaron continuar. Así transcurrió la mañana y la tarde. Mi doctora demandó hacerme un ultrasonido al siguiente día. Siguiendo las indicaciones, pude corroborar las sospechas que mi novia me había expresado el día anterior. Hidronefrosis debido a un lito en el uréter; es decir, hinchazón del riñón por una piedra de 5 milímetros que se encontraba obstruyendo el trayecto de la orina. Había una ironía de la vida en ese diagnóstico, ¿Toda esa incomodidad y molestia por una minúscula piedra?
Este acontecimiento me hizo recordar lo que ha representado en varias etapas de mi vida el Psicoanálisis, en ocasiones incomodidad, cuestionamiento, enfado, responsabilidad, deseo, entre otros muchos afectos. Esa diminuta roca que causó que detuviera mi andar, me hizo reflexionar sobre el sentido que hoy tiene mi vida. En este caso, de mi padecimiento, no fue difícil acatar las indicaciones para eliminar el malestar físico, sin embargo, la piedra en el zapato que se insertó en mi encuentro con el Psicoanálisis no he podido retirarla; es más, en este momento es algo que no deseo hacer, pues, aunque incómoda, me permite dinamizar un poco más mi vida, en comparación a la de aquel hombre que fui, que realizaba su rutina sin sentido.
Una larga senda
Quien decide entrar a un proceso psicoanalítico, prontamente se dará cuenta de que la senda que se recorrerá no será fácil, pues habrá de soportar el andar con una piedra en el zapato, una que lo mantendrá despierto en el viraje que dará su vida. Como sociedad, estamos enfermando, cada día somos más zombis y mezquinos. Imperturbables, nos convertimos en una masa homogénea, en donde es difícil distinguir la subjetividad de cada uno.
Para nosotros, en el Instituto de Estudios e Investigación Psicoanalítica (INEIP A.C.) es importante manifestar y declarar la necesidad de un movimiento cultural de impacto en el alma psíquica de la sociedad contemporánea. Un movimiento de despertar crítico, para hacer conciencia de la problemática que sufre la sociedad y actuar en consecuencia, por lo que hemos creado el Grupo de Estudio “Psicoanálisis, Política y Ciudadanía”, para que sirva de bastión y desde ahí gestar los dispositivos clínico-sociales que requerimos para afrontar los malestares que nos aquejan.
¿Quieres saber más? Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/ 951 285 3921 y hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP.
