Rafael Alfonso
Este viernes, en "La hora del deseo"
De acuerdo con la segunda tópica del trabajo de Sigmund Freud, sabemos que el Yo es la instancia psíquica encargada de mediar entre las fuerzas pulsionales que exigen constantemente ser satisfechas y los ideales, así como con las demandas del mundo externo. Es el Yo quien se enfrenta a la difícil tarea de negociar entre estas fuerzas para, una vez satisfecho, salir bien librado y al mismo tiempo seguir contando con los beneficios de vivir en sociedad.
Amor y renuncia
Como hemos visto en notas anteriores, el amor es motivado por la búsqueda de la satisfacción pulsional, por consiguiente, es de naturaleza egoísta. Esta búsqueda del placer acompañará a los sujetos (hombres y mujeres) durante el resto de su vida. Todos disfrutamos y valoramos experiencias placenteras, que regularmente se viven como un estado exento de estímulos.
Así que, en el contexto del amor, no podemos hablar de la renuncia, sino como una manifestación alejada de su primer propósito. Lo usual es ver que la renuncia suele emplearse como un recurso ficticio para mostrarse ante la persona elegida, y más adelante, de forma obligada, para lidiar con las demandas de la pareja.
Esta renuncia, no es de forma alguna un proceso sencillo ni exento de conflictos, pues el Yo se verá enfrentado a tensiones internas entre los deseos primitivos de la persona y las demandas de la pareja y de la relación misma. Esta renuncia puede generar emociones displacenteras y otros signos y síntomas; uno de ellos, ansiedad, ya que para el Yo implica ceder una parte de su hegemonía en favor de la relación y eso es, precisamente, lo que nadie quiere perder.
Es por esta razón que las relaciones amorosas de la vida real suelen estar alejadas de las expresiones idealizadas por el discurso que, principalmente los sujetos, hacemos del amor, y que posteriormente se verá reflejada de muchas formas (literatura, música, producciones audiovisuales, discursos motivacionales y otros) que conocen y sacan buen provecho de nuestras necesidades emocionales.
El amor, el amor
Este 14 de febrero somos testigos de un amplio intercambio de frases, poemas, mensajes y otras expresiones de “amor”, entre personas de todos los ámbitos sociales, pues la fecha así lo reclama. Una vez pasada la euforia, algunos podrán amanecer desengañados al considerar que no fueron correspondidos de la misma manera.
Sin embargo, no todo está perdido. Sigmund Freud creó el método que los psicoanalistas utilizamos para que los sujetos accedan y trabajen los conflictos y la naturaleza propia de su amor, ya que la disposición para considerar la renuncia en favor del otro, sólo es posible a partir de develar conflictos y autoengaños presentes en este afecto. Llegar a este punto no es tarea fácil; además del compromiso por sí mismo, se requiere la atenta escucha de quien se dedica seriamente a la investigación del alma.
¿Quieres saber más? Escúchanos este viernes a las 12:00 del día en La hora del deseo, por Radio UNIVAS. Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921. y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.!
