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CONSULTORIO DEL ALMA: CUENTA CONMIGO; El seductor encanto de la noche

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Foto(s): Cortesía
Redacción

Rafael Alfonso

 

La vida social y la búsqueda del placer; este viernes, en "La hora del deseo" 

 

Juanito, al igual que muchos de nosotros, se ve atraído por el mundo efervescente de las fiestas y reuniones sociales. La promesa de diversión, risas y posiblemente una fuga de las tensiones diarias se presenta de manera tentadora en esos momentos de ocio. Estas actividades, aunque suelen ser enriquecedoras para el bienestar emocional y social, en este caso particular, desencadenan una serie de eventos que, de manera inadvertida, afectan la vida cotidiana y las aspiraciones de nuestro protagonista.

El tiempo efímero: entre risas y compromisos

En el caso de Juanito, destaca la inclinación narcisista a pensar que su presencia es indispensable en estas actividades. Las fiestas y las reuniones, en principio se consideran como compromisos inapelables a los que destina incluso un lugar preponderante en su agenda, y cuando no hay un plan a la vista, procura encontrar uno o estar siempre libre los fines de semana “por lo que se pudiera ofrecer”; finalmente, Juanito no pasa de los 30 y considera que este es el momento de la diversión, de las salidas y de hacer amigos.

Estas reuniones, que comienzan como breves interludios, a menudo se extienden hasta altas horas de la noche. La ingesta de alcohol, aunque común en estos contextos, ha llegado a nublar en Juanito la percepción del tiempo y de las responsabilidades.

 

 

El despertar: consecuencias de las elecciones nocturnas 

Sumergirse en la efervescencia social puede ser una forma de evitar las dificultades de la vida real y los desafíos diarios. Sin embargo, este escape tiene un precio. El día siguiente se convierte en un despertar a la realidad donde, a menudo, la resaca emocional es acompañada por la resaca física.

La vida de Juanito ilustra cómo las elecciones de la noche pueden afectar los días subsecuentes. Muchas veces el domingo, después de un sábado alocado, se caracteriza por la falta de energía y motivación para realizar incluso las tareas más simples, como los quehaceres del hogar, tareas que, de no realizarse, suelen tener un impacto acumulativo. Los  días lunes, que deberían ser el comienzo de una semana llena de posibilidades, se convierten en una montaña de pendientes y actividades por hacer.

Como bien sabemos, gran parte de nuestro comportamiento está impulsado por el principio de placer, buscando la gratificación inmediata de deseos y necesidades. Sin embargo, este principio entra en conflicto con el principio de realidad, que reconoce la necesidad de posponer la gratificación para lograr metas a largo plazo.

Juanito, como muchos otros jóvenes y adultos, se encuentra en esta encrucijada. Las fiestas y las reuniones le ofrecen un placer inmediato, aunque efímero, pero este placer viene acompañado de consecuencias que afectan su vida diaria y, por extensión, su desarrollo personal y profesional, porque, paradójicamente, nuestro protagonista siempre se ha quejado de falta de tiempo para llevar a cabo sus mejores proyectos.

Responder al principio de placer-displacer es esencial para nuestra supervivencia como especie. Sin embargo, cuando el placer se convierte en una distracción constante para alcanzar las metas que nos hemos propuesto e interfieren en la funcionalidad de nuestra vida cotidiana, es hora de indagar sobre nuestras motivaciones para organizar nuestro tiempo y las consecuencias que esto conlleva.

¿Quieres saber más? Escúchanos este viernes a las 12:00 del día en La hora del deseo, por Radio UNIVAS. Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921. 

 

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