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La disposición para las Matemáticas

nina_y_matematicas
Foto(s): Cortesía
Redacción

Rafael Alfonso

 

Hace muchos años, cuando cursé la primaria, mi libro de Español (no estoy seguro de qué grado) contenía un texto que de inmediato llamó mi atención. Era un cuento muy gracioso del que, desgraciadamente, no tengo el título ni el  nombre del autor. La historia consistía en un niño que, mientras juega, se ve interrumpido por su hermana menor, quien le pide ayuda para resolver el siguiente problema:

“Dos niños fueron al bosque a recoger nueces, pero la niña tenía un solo bolsillo en su delantal mientras que el niño tenía dos bolsillos en su pantalón, de manera que recogió el doble de nueces que ella. Si en total recogieron 120 nueces, ¿cuántas nueces recogió la niña y cuántas el niño?”

Nuestro protagonista, en el afán de ayudar a su hermanita a resolver el problema de Matemáticas, se metía en el embrollo de tener que dividir; pero al parecer, él mismo no había puesto mucha atención en sus clases y no domina el procedimiento algorítmico, así que vemos cómo acude a diferentes razonamientos sin poder dar con la respuesta. Al final, para encontrar el resultado correcto, termina dibujando una por una, las nueces correspondientes encima de la cabeza de cada niño.

Las exigencias matemáticas en el siglo pasado

Durante el siglo 20, las exigencias académicas en Matemáticas solían ser más rígidas y enfocadas en el dominio de conceptos y procedimientos específicos con énfasis en la memorización y la repetición de algoritmos. El ejemplo de lo anterior eran las tablas de multiplicar, que incluso tenían una melodía particular “cinco por una: cinco; cinco por dos: diez”, etcétera, sin contar con que la enseñanza se basaba en una estructura más tradicional y autoritaria.

El cambio de enfoque

Hoy somos testigos de un importante cambio en los currículos escolares que busca fomentar el razonamiento matemático y la comprensión conceptual en lugar de la mera repetición de fórmulas. Sin embargo, el éxito en la aplicación de estos nuevos paradigmas está en entredicho, no solo porque México haya ocupado el antepenúltimo lugar en Matemáticas de la última evaluación PISA implementada por Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos​ (OECD), sino también porque todos hemos tenido la experiencia de jóvenes adultos dependientes de comercios que (aún con la calculadora a la mano) se ven en serias dificultades para dar el cambio correctamente. En el siglo pasado, ser malo en Matemáticas, para un egresado de nivel superior, significaba no poder calcular a mano una raíz cuadrada, o despejar una operación algebraica. En la actualidad, no son pocos los profesionistas que manifiestan tener problemas para dividir, multiplicar, restar e incluso sumar, es decir, para dominar las operaciones básicas.

En la escuela, a la par de un cambio de paradigma curricular se ha privilegiado al Yo de los alumnos con consideraciones de todo tipo ⎯económicas, sociales, ideológicas e incluso emocionales⎯, antes que a la adquisición de los conocimientos y aptitudes que exige la ciencia matemática. En el cuento que dio pie para esta nota es sobresaliente cómo el protagonista, más allá de sus carencias académicas, tiene la disposición amorosa de ayudar a su hermana y por lo tanto no se detiene hasta encontrar la respuesta.

¿Quieres saber más? Escúchanos este viernes a las 12:00 del día en "La hora del deseo", por Radio Univas. Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921.

 

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