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De las insospechadas virtudes, la ignorancia

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Foto(s): Cortesía
Redacción

Rafael Alfonso

 

“Mira los prodigios reales, y no parezco nada comparado con ellos”.

Orson Welles

 

"El Ciudadano Kane" fue realizada en 1941 por un muy joven Orson Wells. Su director se ganó el derecho a filmarla tras el escándalo provocado por la transmisión en vivo de un radio teatro —dirigido por él— basado en "La guerra de los mundos", de H.G. Wells (el célebre autor británico de Ciencia Ficción). "La guerra de los mundos" causó tal impacto al dar por cierta la invasión marciana a los Estados Unidos que, precedido de esta súbita fama, Orson Wells fue de inmediato requerido por Hollywood, en aquel momento una pujante industria devoradora de talentos.

Teniendo carta blanca para filmar lo que quisiera, Wells realizó "El Ciudadano Kane", cuya historia es la siguiente: Charles Foster Kane, magnate del periodismo amarillista, muere a una edad avanzada en su lujosa mansión. La búsqueda del significado de la misteriosa última  palabra que pronunciara al morir, sirve de pretexto para dar un repaso por la vida de Kane, desde la infancia hasta su decadencia.

La ópera prima del improvisado cineasta —que también protagonizaba la cinta—, si bien no fue el éxito comercial que todos esperaban, se distinguió por una serie de innovaciones técnicas y narrativas que, pasados los años, le han valido ser considerada entre las mejores películas de todos los tiempos, muchas veces liderando la lista como la mejor de todas. Un logro sobresaliente si tomamos en cuenta la edad de su creador: apenas 26 años.

La entrevista

Ya con Wells como un encumbrado genio del cine, un entrevistador televisivo le pregunta:

—Cuando hiciste "El Ciudadano Kane", mucha gente te decía: “esto no se puede hacer”, “no se puede usar la cámara de esta forma”, “no se puede filmar esta escena de esta manera”, etcétera. ¿Cómo supiste que sí se podía? ¿Cómo pudiste hacerlo?

—Porque no sabía lo que hacía— respondió el cineasta. —Todo viene de la ignorancia. No hay autoridad en el mundo como esa.

—Pero toda esa técnica…— quiso ahondar el entrevistador.

—Toda la técnica de las películas se puede aprender en un día y medio—; al ver la cara de incredulidad de su interlocutor, se vio obligado a precisar: —No estoy bromeando. Hacer una película no es mucho más difícil que hacer una película casera, es sólo un poco más difícil. Trae a un tipo que sabe y pregúntale, eso es todo.

El tipo que sabía

Wells cuenta que Greg Tolland, a su juicio el mejor cinefotógrafo de la historia, se ofreció a trabajar en "El Ciudadano Kane". Cuando le preguntó:

—¿Por qué lo haría usted, señor Tolland?— este respondió:

—Porque nunca has hecho una película y no sabes lo que no se puede hacer.

—Es que de verdad no lo sé…

—Pues por eso.

De esta forma hicieron una cinta innovadora en todos los órdenes, que hasta la fecha sigue siendo venerada como cumbre de la cinematografía.

En muchas ocasiones consideramos al genio por lo que sabe, desestimando la disposición psíquica que le acompaña. Es evidente que Wells obra con sentido común, tiene el valor de preguntar y no teme reconocer lo que ignora. Muchas veces nuestra ignorancia nos paraliza, cuando, como lo demuestra este cineasta, puede ser un interesante punto de partida para realizar nuestros proyectos, siempre y cuando aprendamos a reconocer sus insospechadas virtudes.

¿Quiere saber más? Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921 y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.!

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