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Cuerpo y alma; un malentendido

freud
Foto(s): Cortesía
Redacción

Alejandro José Ortiz Sampablo / Primera de tres partes

Una fortuna que tenemos quienes nos dedicamos a la investigación del alma (psiquismo) es que la vida cotidiana nos brinda, de manera permanente, material de interés para la observación o circunstancias que nos permiten reflexionar sobre nuestra concepción teórica.

Lectura recomendada

Posiblemente algunos de ustedes, amables lectores, conozcan al menos de oídas a Sigmund Freud, creador del método terapéutico y de investigación de la vida psíquica conocido como Psicoanálisis. Este hombre era un incansable investigador. Es impresionante la cantidad de escritura que realizó. Sólo entre la correspondencia con sus allegados y otros grandes pensadores de la época pueden llenarse varios libros. Entre las que se consideran las biografías científicas freudianas, la más conocida es la reunida en Amorrortu editores. Los tomos se encuentran ordenados, en su mayoría, de forma cronológica, a excepción de aquellos trabajos donde el compilador consideró conveniente que estuviesen juntos.

Dicho sea de paso, debo decir que no recomiendo esta biografía científica como “lectura de buró", pues, aunque Freud maneja un lenguaje sencillo, la mayoría de los textos requiere para su comprensión que el lector esté inmerso en la investigación del alma y en la atención de pacientes. La manera que sugiero es estar acompañado de un psicoanalista experimentado quien, de preferencia, se tome muy en serio su papel de investigador.

Un dicho tomado a modo

En los textos freudianos, como se le conoce a la biografía mencionada, encontramos en distintas ocasiones la invitación de Freud a que el investigador haga su propio recorrido. Esto permitió que algunos que no eran, o no son, serios investigadores —pero que han tenido la osadía de llamarse psicoanalistas sólo por el hecho de tomar un curso o cursar una maestría en Psicoanálisis—, adoptaran una frase del propio Freud: Aquella que alude a que él hizo “lo que le vino bien a su mano”, la cual muchos interpretaron sin tomar en cuenta el contexto, haciendo de lado que cuando Freud introducía a su método, eso que alude a utilizar “lo que le vino bien a su mano”, lo sometía al tamiz que condensaban las leyes a las que obedece el psiquismo, la Metapsicología. En ella se explica lo tópico, lo dinámico y lo económico del alma, por lo que todo aquello que el psicoanalista introduzca como método y como teoría, debe sustentarse desde esta triada que conforma la Metapsicología. En otras palabras, eso que como psicoanalistas podemos hacer como terapéutica o como teóricos, queda acotado por la seriedad científica.

Retomando lo dicho en el párrafo de inicio, dicha relación que mantenemos entre la vida cotidiana y nuestro quehacer científico me permiten entender porqué dentro de la biografía científica, encontramos revisiones hechas por Freud cada determinado tiempo de los conceptos y fundamentos del Psicoanálisis. Hace un par de días pude reflexionar sobre un mal entendido que circula al respecto de la relación del cuerpo y del alma, principalmente en padecimientos físicos de los que adolecen algunos seres humanos.

Continuará el próximo lunes…

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