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Consultorio del Alma, cuenta conmigo: Temporalidad mexicana

Vórtice temporal
Foto(s): Cortesía
Luis Ángel Márquez

Rafael Alfonso

 

Entre las peculiaridades que algunos visitantes extranjeros hacen notar de los mexicanos, se encuentra un singular uso del tiempo. Pareciera que las relaciones temporales en México toman una forma que desafía las leyes fundamentales de la lógica y los usos horarios internacionales. Estas se elongan, se bifurcan, se distorsionan y se modifican tanto a placer de los sujetos como, de forma misteriosa, bajo el influjo de poderosas fuerzas ajenas a su voluntad. La experiencia mexicana implica entrar en otra dimensión de la temporalidad humana.

Si el lector nos sigue con atención, podrá identificar tres expresiones de la temporalidad mexicana y reflexionar acerca de cuáles le son más familiares y socorridas.

Ahorita

La primera peculiaridad temporal que trataremos es el “ahorita”, que en varios foros se ha definido como un momento indeterminado entre un minuto y un mes. Cuando alguien responde a una petición nuestra diciendo que lo hará “ahorita”, debemos estar preparados para lidiar con la incertidumbre, porque no sabremos si lo hará en un momento o tendremos que esperar un par de semanitas por aquello que solicitamos.

Al ratito

Contrario a lo que se pudiera suponer, el “al ratito” conlleva una certeza: no será “ahorita”, sino después; lo cual quiere decir que tendremos que esperar un poco más, aunque no sabremos cuánto.

A pesar de que estas dos expresiones pudieran dar a los no enterados la impresión de que las cosas se harán de inmediato, los mexicanos entendemos tácitamente que no sucederá así y lo aceptamos con festiva resignación, otra peculiaridad que define nuestro carácter.

Por mientras

Por supuesto, no pocas veces existe la necesidad de actuar de inmediato y poner manos a la obra. Cuando los mexicanos necesitamos solucionar algo urgente, tenemos el recurso de “por mientras”, es decir, podemos ensayar algún tipo de solución a ese problema. Aunque dicha solución, tenga un carácter provisional y carezca de una funcionalidad y estética adecuadas, pues “sirve”.

De esta forma, los hogares mexicanos están llenos de arreglitos “provisionales” que se utilizan por tiempo indefinido. Estos usos temporales tan peculiares corresponden a un arraigado narcisismo. Las tres expresiones implican, para nuestra desgracia, una forma de eludir el compromiso y esto solo puede hacerlo sin culpa -y aparentemente sin consecuencias- un carácter ensimismado que evita abandonar su comodidad y su placer para someterse dócilmente al esfuerzo que implica hacer las cosas de forma eficiente, es decir, de manera adecuada y oportuna.

Por supuesto, sobrepasar estas expresiones tan arraigadas en nuestra cultura es un acto de generosidad y amor por el otro, que quizá valga la pena llevar a cabo. Es momento de revisar qué tan presentes están en nuestra vida cotidiana el “ahorita”, el “al ratito” y el “por mientras”. Si le interesa conocerse un poco más, dése un tiempito y comuníquese con un psicoanalista del INEIP.

¿Quieres saber más? Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921 y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.!

[email protected]

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