Rafael Alfonso
Este viernes, en "La hora del deseo"
La figura paterna se erige como un pilar fundamental en la psique humana. Su sombra puede extenderse más allá de la infancia, proyectándose en las relaciones adultas, incluso o particularmente en la esfera romántica. Este fenómeno, a menudo inadvertido, revela una complejidad psicológica que es digna de indagación.
La influencia del padre desde el inicio de los tiempos
Hasta hace bien poco (el último cuarto del siglo pasado), todavía se ignoraba que los espermatozoides contienen la variación cromosomática que determina el sexo de los seres humanos. Ojo aquí: porque una cosa muy distinta es decir que es el hombre es quien define el sexo de los bebés.
Este descubrimiento resultó muy chocante para muchos varones que pretendían ser tan machos que depositaban grandes afectos y esperanzas en que su primogénito fuera “machito igual que su padre”, y se morían de frustración cuando no resultaba así.
De esta forma, muchos matrimonios se la pasaban buscando “la parejita” que bien podría no llegar, así pasaran tres o más embarazos. Este descubrimiento marcó un hito, al desafiar muchas nociones arraigadas sobre la paternidad.
La importancia de la figura paterna
La ausencia del padre deja una marca indeleble en la psique de un individuo. Ejemplos abundan. Varias estadísticas revelan conexiones evidentes entre la carencia de una figura paterna y la mayor incidencia de problemas sociales, desde tasas de criminalidad y padecimientos psiquiátricos, hasta índices de deserción escolar.
Sin embargo, en este contexto, el antiguo dicho "más vale solo que mal acompañado" adquiere un significado más profundo. La falta de una figura paterna, que de todas formas será idealizada, puede resultar menos perjudicial que la presencia de un padre desobligado, violento o abusador.
La sombra del padre en las relaciones de pareja
La prevalencia del padre en la psique femenina se puede observar en diferentes aspectos de la vida de la mujer. Las hijas, en lo particular, a menudo tejen una relación única con la figura del padre. Estos afectos profundos desarrollados durante la infancia persisten en la adultez, creando una conexión que a menudo adquiere proporciones ideales.
Muchas mujeres, de manera más o menos inconsciente, comparan a sus parejas con el modelo paterno idealizado. Este fenómeno puede generar tensiones significativas en la relación. La queja común de algunos hombres sobre las comparaciones con el padre de su pareja revela una lucha desigual. Esta figura, elevada a un pedestal por años de influencia asociados a momentos felices y a importantes hitos del desarrollo, se convierte en una vara de medir irreal.
Pero existe otra forma generalizada que corre paralela a la anterior, cuando en aras de sostener el ideal del padre, se justifican diversos actos de la pareja, incluidos abusos y malos tratos. Lejos están las mujeres de percatarse de que el sostenimiento de una pareja está en ese hecho de ocultamiento del yo. Aun así, el Padre, aunque no necesariamente el señor de carne y hueso, persistirá como un símbolo intocable en la memoria del Yo.
¿Quieres saber más? Escúchanos este viernes a las 12:00 del día en La hora del deseo, por Radio UNIVAS. Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921.
