Alejandro José Ortiz Sampablo
Hace un par de días recordé a un colega, Luis Fey, quien, cuando venía a ver a mi familia desde la Ciudad de México, me decía a modo de broma, “vas de visita a tu país”. Él gustaba comentar que mi tierra se diferencia de los otros estados de la República mexicana, pues "Oaxaca se cuece aparte".
Un mundo aparte
Oaxaca es un mundo de tradiciones, su diversidad étnica la conjugan alrededor de 19 pueblos originarios, donde los más conocidos son los zapotecos y mixtecos, pero también se encuentran los afromexicanos de la Costa chica, amuzgos, chatinos, chinantecos, chocholtecos, chontales, cuicatecos, huaves, ixcatecos, mazatecos, mestizos, mixes, nahuas, tacuates, triquis, tzotziles y zoques. En sus 93,757.6 kilómetros cuadrados, lo que representa 4.8 % de la superficie del país, Oaxaca alberga 570 municipios, lo que constituye poco más de la cuarta parte del total de municipios de México. Las fiestas de la Guelaguetza y del Día de Muertos son conocidas en el mundo, donde turistas nacionales y extranjeros pueden deleitarse con la inmensa gastronomía y un gran número de tradiciones.
En esta semana que termina, el ambiente de fiesta no dejó de resonar; los tonos del amarillo de la flor de cempasúchil adornaron fachadas de casas y negocios, el aroma de los altares nos embriagó el alma. Una noche, a mi regreso a casa, después de disfrutar de las calles del Centro Histórico y de la algarabía del zócalo capitalino, observé cómo del auto que circulaba delante nuestro, salieron disparadas latas de algún refresco o cerveza. Mi indignación fue tal que estuve a punto de seguirlos y reclamarles. Continué mi camino y asimismo mi reflexión, la cual me llevó a lo observado unas horas antes, lo que no se comprendería sin el contexto.
El tiradero
Meses atrás, inició el conflicto de la basura; esto, a raíz del cierre del tiradero municipal. En la actualidad no contamos con una planta donde se dé tratamiento a los desechos provocados por nosotros, lo que debería ser la norma. Por regla general, las personas que generamos basura poco nos preocupamos en dónde terminan las bolsas que arrojamos al camión destinado para ello o las que algunas personas dejan en la acera. Si bien, las autoridades encargadas de resolver ese tipo de asuntos nos han llevado a este punto de crisis —donde nuestra basura tiene que ser llevada a otro estado para ser tratada—, al parecer,. a nosotros los ciudadanos poco nos interesa. Muestra de ello son las ya citadas personas del auto.
Producir una gran cantidad de basura durante nuestras fiestas del Día de Muertos, seguramente es inevitable, pero dentro de los problemas que ésta genera hay varios que podemos evitar con sólo tomar consciencia de las implicaciones que tiene arrojar basura al suelo. Por otro lado, no hemos generado la cultura de una educación ambiental, al contrario, es común observar cómo madres y padres transmiten a sus hijos la cultura del confort, donde es preferible arrojar la basura de la torta que se comieron o del refresco que bebieron, a cargarla hasta encontrar el lugar adecuado para depositarla, aunque esto implique esperar hasta llegar a casa.
Pide informes a los teléfonos 951 244 7006/951 285 3921 y ¡Hazte escuchar por un psicoanalista del INEIP A.C.!
