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Siete cosas que no te dicen cuando compras un auto 

Foto(s): Cortesía
Israel García Reyes

Adquirir un automóvil se ha vuelto una necesidad para transportarnos, además que puede servir como medio de trabajo y para la recreación. Pero no todo es miel sobre hojuelas.

Al comprar un vehículo nuevo, a crédito, de medio uso o seminuevo, surgen inconvenientes que el vendedor omite y que te traerán grandes dolores de cabeza.

Aquí un recuento de esos inconvenientes.

Antes que nada, aceptemos que el primer problema es la prisa por comprar.

Generalmente es el mayor error de los compradores novatos. Desean tanto un auto que no se detienen a pensar en las condiciones de la compraventa.

Si se trata de una unidad usada, es imprescindible acompañarse de un mecánico que revise las condiciones del vehículo: estado del motor, neumáticos, niveles de aceite, líquido para frenos, fugas, cableado, kilometraje y en general, su funcionamiento.

Un faro o luz que no encienda o un limpiador roto pueden traer problemas y hasta multas.   

Lo mejor será adquirir una unidad con no más de 8 años de antigüedad pues sus refacciones serán fáciles de conseguir y tendrá mayor vida útil.

Que no te engañen los coyotes con que es un clásico y que lo venden por falta de uso.

El segundo error es no saber nada de autos. Infórmate. Un automóvil es una responsabilidad y puede convertirse en un arma, en un proyectil capaz de lesionar a otros y al conductor o conductora. Por ello, es conveniente conocer las características de nuestro vehículo: peso, tamaño, estabilidad, potencia, tipo de frenos, bolsas de aire y demás.  

Cosas que los vendedores no te dicen

1.- Servicio obligatorio. Si adquieres un auto nuevo a crédito el contrato estipula generalmente que cada 6 meses lo lleves a la agencia automotriz a realizar el servicio de afinación: cambio de aceite, filtros y demás. Pero suele pasar que la primera vez casi no le hacen nada y te cobran el servicio. Mejor hazte acompañar de alguien que sepa de autos para que no te vean la cara. Si el vehículo tiene menos de un año y te dicen que debes cambiar las balatas, por ejemplo, desconfía. A menos que se trate de un taxi.

2.- Mecánicos fraudulentos. Así como es necesario tener un médico familiar, el mecánico es fundamental en estos casos. Cuídate de los que te dicen que les dejes tu carro y regreses al otro día. Revisa tus niveles de gasolina porque algunos suelen robarla y, al recogerlo, haz lo mismo con tu neumático de refacción, gato hidráulico y demás herramientas. Incluso, son capaces de cambiar piezas en buen estado por otras dañadas. 

3.- Seguros que se niegan a cubrir el seguro. Lee bien la póliza. La cobertura amplia te sacará de aprietos, pero no lo es todo. Revisa las letras chiquitas y los costos o porcentajes del llamado "deducible" pues, en caso de accidente, ciertas empresas prácticamente te cobran los daños completos de tu vehículo dentro de este mismo concepto, así que pagarás doble. 

4.- Garantía. La garantía no cubre daños de neumáticos, por ejemplo. Parece obvio, pero no lo es. Consulta tu garantía y sabrás qué hacer en caso de algún problema con el funcionamiento de la unidad de motor.

5.- Emplacamiento, pago de tenencia, verificación vehicular y otros conceptos. Si compras un auto usado, revisa que sus pagos estén al corriente. Contempla estas erogaciones, ya que son anuales. 

6.- Multas. Cerciórate de que no adeude multas o podrías llevarte una sorpresa.  

7.- Además del neumático de refacción y el gato hidráulico, exige que el vehículo se acompañe de los reflejantes que se ponen en la carretera para el caso de accidente o descompostura y de extintor, entre otros aditamentos.   

Adquirir un automóvil no debería ser un dolor de cabeza siempre y cuando tengas conocimiento de su estado mecánico, así como de tus derechos y responsabilidades. 

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