Un internauta compartió en redes sociales el video de un hombre que armó una batería musical con objetos que rescató de la basura, y toca en calles de Durango con el objetivo de ganarse la vida.
De este modo Enrique Castaños utiliza una tapa de rin a manera de un cencerro, el bote de mayonesa es un tum de aire y el otro una lata de chiles. A su vez, la tarola es una lámina sacada del basurero y el bombo de piso es un garrafón de plástico. Con estos objetos hace música.
#NoPodrásCreerlo | ¿Tienes basura para tirar? Espera porque podrías obtener de ahí varios instrumentos musicales. Un hombre armó una #batería con diversos objetos que rescató de la #basura y toca en las calles con el objetivo de ganarse la vida. ¿Qué opinas? pic.twitter.com/FI7GPphxOa
— Noticias Oaxaca NVI (@nvinoticiasoax) July 19, 2023
Modus operandi
Castaños espera en las esquinas que cambie el color del semáforo para amenizar a los conductores con un poco de ritmo.
Enrique es pepenador por las mañanas y por las tardes y noches se dedica a la música. Pero tampoco ha sido fácil porque primero tuvo que igualar todos los sonidos que escucha en una canción con lo que encuentra en la basura.
El hombre refiere que la música le viene de oído, pues cada sonido lo copia en su batería improvisada que lo acompaña a los semáforos de la ciudad de Durango.
Refiere que en cada cambio de luz se puede ganar hasta 100 pesos, y por un día no regresar a buscar en los desechos los hogares.
Apunta que el tocar su improvisado instrumento no es tarea sencilla, pues de cada canción que escucha reproduce uno por uno los sonidos, y luego los memoriza. Es así que sus manos sostienen una baqueta y un palo con un hule amarrado.
Refiere que uno de sus mayores miedos al pepenar es pincharse el dedo con una aguja contaminada y contraer alguna enfermedad. O lastimarse con vidrios o pedazos de fierro que se esconden entre las bolsas de basura en las que recaba materiales reciclables.
Sin embargo, indica que le entristece que no le permitan tocar en restaurantes porque no son instrumentos formales; no obstante, siente que cuenta con el talento necesario para atender a los comensales.